La 42 edición del Festival de Teatro y Danza de San Javier anuncia para hoy, miércoles, (2011/08/03) la puesta en escena de Macbeth, el último espectáculo de Ur Teatroa, que cuenta con dirección de Helena Pimenta, quien asegura que «la tragedia de Shakespeare es una obra bien conocida pero no tan vista».
Esta obra que cuenta con la dirección de la nueva responsable de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Helena Pimenta, reúne un elenco interpretativo integrado por José Tomé, Pepa Pedroche, Oscar S. Zafra, Javier Hernández-Simón, Tito Asorey, Belén de Santiago y Anabel Maurín.
En este montaje destaca el lenguaje que la compañía estrena, el video mapping escenográfico; además de la participación del Coro Voces Graves de Madrid, interpretando pasajes de la ópera que compuso Verdi a partir de la obra de Shakespeare. Todo el aspecto musical cuenta con la dirección de Juan Pablo de Juan y supervisión de Iñaki Salvador. «Todo ello está pensado para contar la obra con la mayor claridad. Porque cuando se estudia Macbeth parece que todo es igual de violento y de trágico. Se trata de buscar que el coro, a la manera de la tragedia griega, vaya trasladando al espectador las emociones y que incida en los textos también, ya que hay momentos en que cantos y parlamentos se producen simultáneamente», explica Pimenta. Estéticamente el montaje recuerda a la I Guerra Mundial, «una época que parece oscura en el tiempo pero a la vez es ayer».
La propia Pimenta sostiene que se trata de «una obra de siempre» que pretende «servir al público de hoy con imaginación, rigor y compromiso. Una nueva mirada, necesariamente profunda, a la historia de este héroe convertido en villano que es Macbeth. Su periplo de ascensión y caída, guiado por una ambición desmedida, nos concierne». Además añade que el protagonista de la obra, «en su alocada carrera contra la incertidumbre que supone el vivir, no sólo se destruye a sí mismo y a cuanto le rodea, sino también, la ilusión que impulsa a la humanidad a ponerse en pié cada día, negociando con dignidad con nuestra vida mortal. Elegir ser un canalla puede parecer más rentable, desde un punto de vista práctico, que elegir ser honesto».
