Uruguay enamora, ¡Catalina!
Son muchas las ocasiones que he tenido el privilegio de visitar el Uruguay. Un país que no llega a los tres millones y medio de habitantes y que me sorprende en cada ocasión. A pesar de ser el segundo país menos poblado de Sudamérica cuenta con unas cualidades innatas que lo convierten en genuino, en especial. Fue uno de los primeros países en el mundo en reconocer el derecho al sufragio universal de las mujeres. En 1907 se aprueba la Ley del Divorcio. El Uruguay cuenta con unos niveles de alfabetización muy altos, así como alta es la esperanza de vida. También está considerado dentro de los 20 países más seguros y pacíficos en el mundo. Además, a finales del S.XIX se le llegó a conocer como la Suiza de América por su nivel de democracia y de bienestar. Las Naciones Unidas lo califican como el segundo país mejor posicionado de todo América por la baja incidencia de la corrupción. Posición que peligra gracias al gobierno de derechas presidido por Lacalle, que en tiempo record ha implantado la Ley de Urgente Consideración, LUC y que está destacando por su opacidad, obstracismo y oscuridad en la gestión.
En Uruguay nacieron Benedetti, Onetti, Eduardo Galeano. ¿Quién no recuerda el espectáculo «No daré hijos, daré versos» dirigido por Marianella Morena?, espectáculo inspirado en la poetisa Delmira Agustini… Y el tango y la milonga rioplatense, y Gardel…y el teatro uruguayo con más de treinta salas en Montevideo despunta como uno de los más interesantes de todo América Latina. Uruguay enamora, sí enamora.
No quiero olvidar los dos mundiales de fútbol ganados por Uruguay, el más famoso en 1950, el maracanazo en Brasil y además, siendo vasco como soy, cómo no mencionar los chinchulines, las mollejas, los chorizos, las costillas, la carne de cuadril o los famosos asados uruguayos.
El Carnaval uruguayo tiene una duración de más de 40 días, cuenta con un museo y utilizan múltiples escenarios a lo largo y ancho de Montevideo, simultaneando las presentaciones en los «tablaos» de las murgas, revistas, parodias y humoristas con gran respuesta popular. El origen del carnaval uruguayo contemporáneo data de 1909 cuando una modesta compañía de zarzuela procedente de Cádiz llegó a Montevideo para presentarse en el Teatro Casino. Con esta compañía había viajado el actor Diego Muñoz, quien dirigía un conjunto llamado Murga La Gaditana. Un grupo de amigos que fue a ver el espectáculo decidió sacar una murga que llamaron La Gaditana que se va. La riqueza del carnaval uruguayo es notable. Existen comparsas, escuelas de samba y cuatro géneros principales: la murga, que es un género de teatro-musical cuyo objetivo es la crítica política y social. Otro género son los humoristas cuya única pretensión es hacer reír, y otro las parodias, que se diferencian de los anteriores, en qué tienen que crear una sátira basada en un hecho real o en un personaje real. El cuarto género principal es la revista, inspirada en la burlesque porteña de los años 50, que fue evolucionando hacia un contenido más crítico, más ácido, más carnavalesco.
Hace unos días tuve el placer de presenciar en el Teatro de Verano la actuación de la murga Agarrate Catalina… y el Uruguay me volvió a sorprender. Agarrate Catalina es la murga uruguaya más premiada, popular, reconocida y convocante de los últimos años. Ha trascendido las fronteras de la fiesta carnavalera local transformándose en uno de los máximos referentes de la escena artística de su país. Agarrate Catalina eleva la murga a la categoría de Arte. Yamandú Cardozo, murguero por obrero, como él mismo se define, la fundó y lidera desde 2001. Tabaré Cardozo, cantante compositor y murguista por artista, es la sólida base musical de Agarrate Catalina.
La puesta en escena es espectacular con un trabajo audiovisual notable, se nota la inversión en medios y se nota el talento creativo de una puesta en escena en sintonía absoluta con el vestuario y con el maquillaje de una virtuosidad deslumbrantes. Cada escena está absolutamente trabajada, son pequeñas joyas en sí mismas al servicio de un magnífico espectáculo. Bien dirigido, bien coreografiado, bien cantado, bien interpretado, con un desarrollo inteligente, con unas transiciones impecables, nada es gratuito, todo está medido. Agarrate Catalina tiene concepto de espectáculo. Y esto es lo más importante. Saben lo que hacen, saben lo que quieren, saben lo que quieren transmitir, saben lo que quieren contar, saben que aportan contenidos, aportan crítica política, aportan reflexiones sobre los problemas concretos del uruguayo actual. Fotografías certeras y crudamente irónicas del ser uruguayo. Y lo saben hacer, y lo hacen a través del humor y lo hacen con talento consiguiendo 45 minutos de pura murga, puro disfrute, pura crítica, puro Carnaval. ¡Bravo por ellos! Agarrate Catalina sorprende, Agarrate Catalina enamora. Uruguay enamora, vaya que sí enamora.