Vuelve a los escenarios ‘Gilipollas sin fronteras’ de Santiago Nogués y Adolfo Pastor
El 27 de diciembre es el día escogido para la vuelta a los escenarios del espectáculo ‘Gilipollas sin fronteras’ de Santiago Nogués y Adolfo Pastor, un show estrenado hace veinte años que vuelve para reivindicar la «gilipollez» como terapia.
La compañía Morfeo Teatro, habitual agrupación dedicada a escenificar textos clásicos, se adentra en una nueva aventura donde su labor en este caso será la de producir la reposición de Gilipollas sin fronteras propuesta que Santiago Nogués y Adolfo Pastor estrenaron por primera vez hace veinte años y que volverán a hacerlo el 27 de diciembre en el Teatro Principal de Burgos.
Este show esta estructurado en formato de dúo cómico, con un trepidante repertorio de sketches burlescos, donde la «gilipollez» es terapia, y la carcajada remedio ante cualquiera que sufra la triste enfermedad de «tomarse la vida en serio». La obra se basa en reflexiones existenciales de sus dos creadores e intérpretes, merced a las cuales recabaron la suficiente información como para darse cuenta que, tras casi diez años de profesión, ahora treintena, nunca llegan a fin de mes (dado que no han cambiado). Tal descubrimiento les llevó a una cruel conclusión que dejaba claro que si insistían en dedicarse a esta profesión sufriendo tales penalidades, es que deberían ser, cuando menos, «medio gilipollas» (hoy en día, visto lo visto, «gilipollas enteros»).
El cántico «Soy gilipollas, lo soy por donde quiera que voy, soy gilipollas, y me he dado cuenta hoy. Gilipollas sin fronteras es tu organización: habría muchos más gilipollas, con tu participación» nos introduce en el show de este dúo de ases del humor que forman en escena esta organización no-gubernamental sin ánimo de lucro (aunque últimamente se ha animado y cobra) y ofrecen un espectáculo que sirve para la captación de nuevos adeptos a la causa, mostrar la gilipollez al desnudo, con la clara intención de que los gilipollas del mundo se puedan reconocer mutuamente.
El objetivo de la obra, revelar el absurdo de situaciones cotidianas para demostrar el grado máximo de gilipollez al que hemos llegado en nuestros días ¿Cómo realizamos tal proeza? Por medio de la deformante observación histórica, el patetismo musical, el atontamiento profundo, y el envilecimiento cultural, (y aunque parezca mentira, sin encender la televisión) «¿Nuestro fin?» se preguntan «¡Despertemos al gilipollas que llevamos dentro!»