‘Wild, wild, Wilde’/Los lunes teatro-Escena T
Salvajemente tierno
En 1899 Antonio Machado viajó a París para trabajar como traductor en la Editorial Garnier. Allí conoció a un Oscar Wilde prematuramente agotado y envejecido. Ese encuentro es el punto de partida de ‘Wild, wild, Wilde’, la pieza de José Ramón Fernández que han coproducido Los Lunes Teatro y Escena T, bajo la acertada dirección de Fefa Noia.
El texto está basado en ‘De Profundis’, una larga carta que Wilde escribió desde la prisión de Reading a su amante, Lord Alfred Douglas. En ella reflexiona, no sólo sobre la relación que ambos mantuvieron, sino sobre la naturaleza misma del amor, del odio, de la pasión, de la perversidad, de la privacidad y de lo público. Hasta abril de 1895, Oscar Wilde era un célebre escritor. Sus estrenos teatrales se convertían en un acontecimiento social de primer orden en el Londres victoriano. A partir de entonces, y tras ser condenado a dos años de prisión y trabajos forzados por un delito de homosexualidad, la prejuiciosa e hipócrita sociedad británica se ufanaba en eliminar su nombre mientras él se encaminaba hacia su agónico final, debilitado por la enfermedad, el hambre, el frío y el aislamiento.
No viene mal, en estos tiempos tan dados a criminalizar a quienes piensan distinto a nosotros, fijar la vista en ese episodio y en el Wilde de esos últimos años, especialmente si se hace con la profundidad y el tacto de ‘Wild, wild, Wilde’.
A través de evocaciones de algunas de sus obras, de fragmentos de ‘De Profundis’ o de varios encuentros (con su amigo Robert Sherard, con su mujer Constance, con el médico de la prisión o con un joven Machado) se va dibujando un retrato caleidoscópico del escritor dublinés. A veces desolado o triste, a veces orgulloso y brillante, pero siempre Wilde. Un gran trabajo actoral muy bien dirigido, una inteligente puesta en escena, teatral, íntima y minimalista, con un buen manejo del ritmo y un original uso del espacio, se ocupa de hacernos llegar un texto denso y de gran calado (a veces en exceso discursivo) de una forma limpia y clara. La sencillez del planteamiento escenográfico (unas pequeñas columnas de luz que se encienden y se apagan) se convierte en el principal aliado de esa fuerza interpretativa que nos desnuda la ternura de un hombre, Wilde, y nos reconcilia con el teatro y su espacio para el gesto y la palabra.
Joaquín Melguizo
Publicado en Heraldo de Aragón 1 de mayo de 2012
Obra: WILD, WILD, WILDE
Autor: José Ramón Fernández.
Compañía: Los Lunes Teatro/Escena T
Intérpretes: Óscar de la Fuente, Carlota Ferrer, David Luque.
Escenografía: Silvia de Marta.
Iluminación: Pedro Yagüe.
Vestuario: Alejandro Andújar.
Dirección: Fefa Noia
Teatro de la Estación (Zaragoza)
Festival Sin Fronteras Zaragoza.
29 de abril de 2012
Tres cuartos del aforo.