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Wim Vandekeybus entre la obsesión y el instinto. Speak Low If You Speak Love. GUIdance 17

El GUIdance número 7, Festival Internacional de Danza Contemporánea de Guimarães 2017, celebrado en la primera quincena de febrero, parecía extender sobre los escenarios la arrebatada y desbordante capacidad dramatúrgica de la danza contemporánea. Una dramaturgia que se despega de referentes, para hacernos pasmar ante su ilimitada posibilidad de hacer aparecer sobre el escenario lo inimaginable. Una dramaturgia de la danza que parece, incluso, situarse por encima de la coreografía. Una dramaturgia que semeja sobrepasar los límites de la escritura del cuerpo y de sus estructuras. Danza contemporánea que parece hacer estallar los códigos que se le podrían presuponer, para, en su capacidad creativa, ser más dramaturgia que coreografía.

El broche de oro del GUIdance 2017 lo puso Wim Vandekeybus con su compañía Última Vez, que cumple 30 años. La pieza que estrenó en Portugal, dentro del GUIdance, se titula Speak Low If You Speak Love, recogiendo en ella el tema inmenso del amor, con el que también abría su primera y emblemática obra What the Body Does Not Remember (1987).

Sobre esa primera pieza, What the Body Does Not Remember (1987), el propio Vandekeybus escribía que intentaba tratar la intensidad de los momentos en los que no tienes elección, cuando otras cosas deciden por ti, como cuando te enamoras o te apasionas.

En el programa del GUIdance se recogen las declaraciones del bailarín y coreógrafo al respecto: «En 30 años, en las muchas piezas que hice, suele haber temas que retornan. En What the Body Does Not Remember, había una primera escena sobre la atracción entre un hombre y una mujer, sobre la pasión. Trataba de cómo transformar el amor en un dueto físico, con música, en el cual los implicados están luchando por alguna cosa. He tenido muchas reacciones de personas que me venían a decir que era una visión muy agresiva. Pero yo no estoy de acuerdo para nada con esto. No es agresivo, es energía muy focalizada, es pasión.»

Vandekeybus, en sus declaraciones, reconoce que, más allá de todos los clichés, imágenes y formulismos sobre la cuestión sentimental, el amor, para él, es un tema intangible, invisible, por si solo no existe, lo único que existe es la idea que tenemos de él. «Las acciones en las cuales se da y el modo en el que acontece es lo que puede tornarlo interesante. Y es más interesante cuando es difícil.»

Así pues, se confirma que la concepción, que alumbrará la danza y la coreografía de Wim Vandekeybus, es de raíz dramática en tanto en cuanto emerge de las acciones (drama) y de la «dificultad» (conflicto).

Speak Low If You Speak Love hace alusión a dos referentes directos, es el título de una canción de Billie Holiday, que es un clásico del jazz, y también es una cita de la Escena 1 del Segundo Acto de la obra de William Shakespeare Much Ado About Nothing.

Velahí otra constante: nada surge, en la creación, desde la nada, o como le decía el Rey Lear a Cordelia, en King Lear de William Shakespeare: «Nothing will come of nothing.». De la nada nada sale y ni siquiera el amor se escapa de influencias y referentes.

Billie Holiday y la música de jazz, por una parte, nos trasladan una concepción abstracta del amor, vinculado a la música, también a la capacidad de improvisar tan propia del jazz. En Speak Low If You Speak Love, de Wim Vandekeybus, la música en directo, capitaneada por Mauro Pawlowski, con profusión de impetuosas secuencias de percusión y guitarra eléctrica, constituye una de las acciones más rotundas de la obra, tanto por su presencia física y dinámica en el escenario, como por su contundencia acústica.

Además, una de las presencias fundamentales en Speak Low If You Speak Love es la de la cantora de África del Sur, Tutu Puoane, que actúa como una especie de hechicera, mediadora en las lides amorosas, sin por ello salir, ella misma, indemne de los alcances de la pasión.

Por otra parte, Much Ado About Nothing de William Shakespeare, nos traslada la parte de más litigio y comicidad en las relaciones de amor. Una concepción en la que el amor se complica al enroscarse en la lucha de los egos y orgullos, al colisionar con los caprichos y los prejuicios. Una visión, al mismo tiempo, cómica y desenfadada, en la que se palpa el chisporroteo de las hormonas haciendo trizas los encorsetamientos culturales.

Ahí, en Speak Low If You Speak Love, las atracciones y las repulsiones se dan más allá de las determinaciones hombre/mujer o de la tradición monógama, para expandirse hacia territorios dionisíacos abiertos. La fiesta de la vida se contagia de las ceremonias de apareamiento del mundo animal, pero también de la simbiosis con los impulsos eróticos que podemos proyectar en el mundo vegetal, en la polinización de las flores, por ejemplo.

En esa dinámica surgen acoplamientos suaves y fluidos, unas veces, fuertes y bruscos, otras. Y, en el mismo desarrollo, aparece la estela de Tánatos, simbolizada en la desaparición, en la huída, y directamente en la muerte y el juego con las tablas del ataúd. Un ataúd que acoge los restos humanos, el polvo enamorado, pero que también estalla y se quiebra en la resurrección de la carne y en el ímpetu de los músculos que aman moverse, saltar, desbocarse.

La danza de Wim Vandekeybus siempre se ha caracterizado por un tipo de movimiento de alta exigencia física y desbordante velocidad. (A este respecto pueden leerse, en esta misma sección de Artezblai, los artículos titulados: «IntenSión Wim Vandekeybus», sobre su primera pieza What the Body Does Not Remember, publicado o 28/11/2014. «Entre realidad y simulacro escénicos. El arrebato de Wim Vandekeybus en Booty Looting», sobre la obra Booty Looting, publicado el 25/04/2014.)

Como la comprensibilidad del amor es algo que no existe, en Speak Low If You Speak Love, evolucionamos por unos pasajes en los que el flirteo, la atracción, el rechazo, el reto, la exhibición, la violencia y también la broma, en forma de gag, componen un panorama multidimensional muy alejado de lo previsible.

Vandekeybus juega en la primera división de la danza-teatro a nivel internacional, y esto se nota en el elenco de virtuosas bailarinas y bailarines: Jamil Attar, Livia Balazova, Chloé Beillevaire, David Ledger, Tomislav English, Nuhacet Guerra Segura, Sandra Geco Mercky y Maria Kolegova, que realizan movimientos más allá de los límites de lo posible. Contorsiones acrobáticas, saltos y cogidas en el aire bestiales, hiper segmentación del cuerpo en el movimiento… un dominio absoluto de las calidades.

La música original en directo, realizada por Mauro Pawlowski, Elko Blijweert, Jeroen Stevens y Tutu Puoane, resalta por la abundancia de percusión, que le aporta una textura muy pulsional a la atmósfera, o por el canto ígneo y terreno de Tutu Puoane. Los paisajes sonoros van desde la canción ligera, cantada a la guitarra, hasta las resonancias del gospel, a la jam session, o a los acordes desgarrados de las guitarras eléctricas, en una especie de Sturm und Drang ecléctico.

El recurso renovado de la procesión ceremonial, frente a las secuencias de caos, las secuencias de peligro que, de repente, se convierten en sketchs, las secuencias de danza con preeminencia coreográfica en sincronía coral, la incorporación de elementos simbólicos (las cuerdas, las cañas de pescar, las tablas del ataúd, las monedas doradas…), la creación de ámbitos tribales… Todo este exultante paisaje remite a ese espacio boscoso y polimorfo del amor, intemporal, en la danza de impulsos, que escapan de épocas y lugares, más allá incluso de las tradiciones.

Entre la locura festiva, que provoca movimientos exuberantes, y las situaciones en las que las intenciones se ven sobrepasadas por las intensidades, Speak Low If You Speak Love nos saca de nuestro lugar y nos lleva a una contemplación semejante a la de la escucha musical, entre abstraída y asombrada.

Con motivo del 30 aniversario de la compañía Última Vez, han publicado el libro titulado The Rage of Staging: Wim Vandekeybus. Sin duda, el polisémico término «rage» alumbra esta concepción de la danza. Sin embargo, el propio coreógrafo nos desvela, en el programa de mano del GUIdance, que «rage» no significa rabia, sino más bien «una furia obsesiva».

En palabras de Vandekeybus: «El título representa la obsesión y resulta de una obsesión, que continúo queriendo mostrar, porque debemos elegir y lo que escogemos tiene que ser profundamente verdadero, profundamente tocado por la punta de nuestros dedos, profundamente obcecado y profundamente evaluado y profundamente impulsivo, como un instinto.»

Ciertamente, es difícil hablar del amor en voz alta, con palabras asertivas y seguridad. Quizás resulte más justo decirlo bajito, a poder ser, al oído y, a poder ser, moverlo. Danzarlo desde le círculo obsesivo del amor, en analogía, en forma de flecha erótica de Cupido, al círculo obsesivo de la creación artística. Amores, pasiones, obsesiones.

Afonso Becerra de Becerreá.


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