Entre los días 12 y 15 de agosto la localidad alavesa de Araia-Asparrena volverá a ser el punto de encuentro para los amantes de las Artes Escénicas, con la celebración de la décima tercera edición de su Festival de Teatro de Humor, con propuestas de sala y de calle, para niños y para adultos, de diversas procedencias, tanto en euskera como en castellano, pero todas ellas refrescantes. A los escenarios de Araia –el Polideportivo Arrazpi, la Herriko Plaza y Andra Mari– se suman trece localidades de todo el territorio que participan en la gira paralela que anualmente se organiza en torno al festival.
Un total de trece espectáculos integran esta edición del Festival de Teatro de Humor que organiza la compañía Porpol en colaboración con el Ayuntamiento de Asparrena, en la que se mantiene la estructura habitual, combinando las representaciones de teatro de sala –con la presencia de compañías como la alemana Familie Flöz, la argentina La Galera Encantada, los catalanes Cascai y la actriz Charo López, de cuyos espectáculos se informa en las páginas siguientes– con un intenso programa de calle donde se podrán ver propuestas de circo, teatro y clown.
De altos vuelos
En esta edición se ha prestado una especial atención al circo y más en concreto a las acrobacias, con el concurso de varias formaciones dedicadas a todo tipo de saltos y piruetas imposibles. Llegan por vez primera a Euskal Herria con su espectáculo Comeback! Los 2Play, una compañía creada recientemente pero que cuenta con el aval de haber hecho temporada con el Circ Cric de Tortell Poltrona y de contar con la dirección de Leandre Ribera. La payasa y acróbata Cristina Solé se acompaña de los gimnastas profesionales Julián González, Leticia García y Óscar Santamaría para representar este Comeback!, donde una veterana deportista, leyenda viva de las pistas olímpicas, participa en un campeonato de gimnasia con un deslumbrante número en el que, debido al cariño y respeto que le profesan sus compañeros, se toma la libertad de pasar olímpicamente de toda regla y código establecido, poniendo a prueba la paciencia de las jóvenes promesas que le rodean, la del jurado y hasta la del público.
Los Gingers es otra nueva compañía integrada por artistas procedentes de troupes como Los Galindos o La Familia Ramírez, que llega a Araia con Perlas y Plumas, un trabajo premiado en la pasada edición de la Feria de Leioa. En él, Silvia Compte, Ramiro Vergaz, Gustavo Arrudo y Daniel Cercós presentan toda una serie de números circenses adaptados a una estructura de cabaret. Al son de la música, el baile y derrochando glamour, los cuatro artistas realizan equilibrios sobre barra fija, parada de manos, malabares, báscula y acrobacias bajo un elemento predominante, el humor.
Además de todo tipo de acrobacias, los saltos sobre trampolín y cama elástica son la base del trabajo del trío australiano The Leaping Loonies, que hacen que lo difícil parezca fácil gracias a su particular sentido del humor y unas formas cercanas al cine mudo, algo presente también en el trabajo de Solo Manolo, en el que Manolo Alcántara –que ha trabajado en Circo Imperfecto, Circ Cric y el TNC– se presenta en solitario con Locomotivo un espectáculo que recuerda a la ‘Tiempos modernos’. Movimiento, excentricidad, funambulismo y malabares son los ingredientes de este espectáculo que se desarrolla en una estructura muy especial, un ingenio mecánico al que llama “remolcable” y que se compone de un motor y 90 metros de cable enrollado en dos bobinas.
Viejos conocidos
Este año también regresan Trapu Zaharra y Zanguango, dos compañías que han estado muy presentes a lo largo de las diferentes ediciones del festival de Araia, tanto con espectáculos propios de cada una como conjuntamente en la coproducción Pan con Pan. En esta ocasión presentarán Visa vis y El desahucio, respectivamente. En la primera los miembros de Trapu Zaharra salen a la calle con su Banco del Ángel Custodio, entidad financiera que a fin de hacerse con las nóminas de los trabajadores jóvenes les prometen guardar su esperma y óvulos para un futuro deseo de procrear, por ejemplo, a los cincuenta años ya que su lema es “la mejor semilla en el mejor momento”. La de Zanguango, por su parte, tiene como protagonistas a dos cabareteras venidas a menos, un policía histérico destinado a expulsar de sus residencias a los morosos y un voluntarioso artista callejero, que se ven envueltos en un lío con la justicia que les llevará a recuperar sus sueños más profundos.
Otro que regresa a Araia es el cantahumorista Riki López, un músico con alopecia tanto en la cabeza como en la lengua, para presentar sus nuevas canciones e historias absurdas haciendo que el público dibuje en su mente un cómic con cada historieta. Por último, desde Italia llegará Marco Carolei con su más exitoso espectáculo, Capocómico, todo un clásico que lleva más de dos décadas recorriendo plazas y teatros con una mezcla de locura, pantomima y clown, mientras que para los más pequeños los payasos Potxin eta Patxin representarán Indioen Lurrealdea, un viaje por la cultura, costumbres, idioma, danzas y gastronomía de los indios de norteamérica.
Giraraba.
Como cada edición desde el año 2000, en torno al Festival de Araia se organiza una gira de espectáculos por trece localidades del territorio alavés, a saber: Alegría-Dulantzi, Amurrio, Aramaio, Artziniega, Eltziego, Kanpezu, Labastida, Laguardia, Laudio, Maestu, Murgia, Langraitz-Oka y Rivabellosa. En ellas se desarrollarán treinta representaciones, en su mayoría de los espectáculos que se podrán ver en la sección de calle de Araia, a los que se suma Giramondo de El Negro y el Flaco, donde esta pareja argentino-catalana llegan a la plaza del pueblo montados en unos extraños triciclos y hablando un curioso idioma que llaman italiano macarroni, para ofrecer un show lleno de humor, equilibrismos, malabares y participación del público.
A pesar de que la de calle le dobla en número, la programación de interior es a juicio de sus organizadores la espina dorsal del festival, para la cual el polideportivo Arrazpi se transforma en un teatro al uso que en esta edición albergará cuatro espectáculos, la mayoría de los cuales llegan por vez primera a Euskal Herria. Es el caso de la obra Living Costa Brava de Cascai Teatre, un espectáculo basado en el humor gestual y una concepción contemporánea del clown y que se inspira en todos aquellos personajes que hacen posible que la máquina funcione en los grandes núcleos turísticos, en ese universo particular que se ha formado a lo largo de los años en el backstage de muchas poblaciones del litoral.
Antihéroes por naturaleza
La obra se centra en las vivencias y relaciones entre los cuatro personajes y un perro callejero que viven en una comunidad de propietarios de menos de 30 m2, una microsociedad que bien podría estar formada por nuestros vecinos, amigos o parientes. Un animador musical que se gana la vida en las calles siendo claquetista por las mañanas y superhombre por las tardes, un inventor que confunde el tocino con la velocidad y que se encarga de hacer funcionar una gran máquina que a pesar de sus constantes averías se pone en marcha al clarear el día, un aficionado al tuning un tanto pasado de vueltas que vive en el sótano donde ha encontrado su particular mundo, y una pretty woman aterciopelada, sin oficio ni beneficio, instalada en el ático por prescripción médica son los cuatro protagonistas de la obra, los antihéroes por naturaleza que sobreviven el día a día.
Destaca también la presencia de la compañía argentina La galera encantada con su espectáculo Pido gancho, una obra para todos los públicos que ha participado tanto en programaciones para adultos como en festivales infantiles cosechando varios premios, lo que en opinión de los organizadores dará un punto especial al festival. Pido gancho es la historia de una pareja, Carlitos y Violeta, que cumplen medio siglo de casados y como regalo, ella está preparando un álbum fotográfico que recoge los momentos más relevantes de la historia de la pareja. Una historia de amor llena de encuentros y desencuentros, que llega a buen puerto gracias a la comprensión, la tolerancia y al amor que ambos se profesan.
Desde Alemania llega Flöz Productions, una compañía con unas formas y una estética muy reconocibles que han ido desarrollando a lo largo de una serie de montajes en los que el gesto y la omnipresente máscara son el vehículo con el que cuentan los intérpretes para crear el personaje y la obra. Tras pasar por paisajes industriales (Familie Flöz), restaurantes sin clientela (Ristorante Immortale) o tétricos laboratorios (TWO% Homo Oeconomicus), la compañía ha fijado su atención en el medio natural de su existencia. Bajo el título de Teatro Delusio, Flöz nos abre una ventana a las diferentes facetas del arte dramático, escenario y contraescenario, lo que se ve y lo que no, la ilusión y la desilusión. Mientras en una parte se representan escenas de combates, intrigas criminales o arias desgarradoras, en la otra, separados por un exiguo bastidor, tres técnicos de escenario luchan por alcanzar su felicidad.
Colofón con Nobel
La última actuación de la edición actual correrá a cargo de la actriz Charo López, que regresa a los escenarios vascos con su recientemente recuperado Tengamos el sexo en paz, un montaje que inicia una nueva andadura diez años después de su estreno también bajo la dirección de José Carlos Plaza y con la colaboración de la traductora Carla Matteini, en cuya opinión, en el transcurso de estos diez años sí que han cambiado muchas cosas en nuestra sociedad: “hay leyes nuevas y progresistas, se habla con más soltura de temas sexuales y de relación… ¿pero ha sido el cambio tan consolidado y profundo como para evitar ciertos males e incomprensiones en la pareja, las relaciones amorosas, la educación e información sexual –o su desconocimiento– como para que nos creamos que lo sabemos todo? En seguida llegamos a la conclusión de que no es así”. Por ello, porque todavía existen miedos, tabúes e ignorancias, determinaron regresar a los escenarios con el que aseguran que es el perfecto manual didáctico para resolver y analizar preguntas como ¿Es el sexo tan importante?, ¿Lo conocemos tan bien como pensamos? o ¿Disfrutamos de él? Desdramatizando y desmitificando, buscando constantemente el humor en un tema tan íntimo como el sexo, la obra plantea una lúcida revisión sobre tópicos y tabúes con los que se nos ha venido machacando, a la par que ofrece una profunda reflexión, salpicada con una crítica hacia la sociedad más conservadora y puritana.
