El Teatro Espada de Madera acoge la representación de Yago, The Blackwater, un monólogo sobre Shakespeare que interpreta Ramón Reche y dirige Paco Montes a partir de textos de grandes autores como Walt Whitman o el propio dramaturgo inglés. La función, que se subirá a las tablas del 1 al 26 de febrero, se concibe como un tríptico, ya que se divide en tres partes claramente diferenciadas y que marcan el transcurso narrativo: en el primer panel vemos a un Yago que repasa sus maquinaciones para vengarse del desprecio de Otelo.
En el segundo, Yago es juzgado por su tropelías en Oriente Medio por los militares de los Estados Unidos. En este plano, se reconstruye su relación con Otelo, Casio, Desdémona, Rodrigo y Emilia. Y el tercer espacio es una celda, donde encontramos a un ser humano denunciando la hipocresía de un gobierno y de un ejército sin escrúpulos. Aquí disecciona sus recuerdos, sus divagaciones sobre la muerte y la vida, y sobre el amor.
Sinopsis
La sublimidad de Yago radica en su poder de descreación. Teje una telaraña improvisada donde aboca a los demás personajes al abismo y al caos. Se maneja perfectamente en el arte de la guerra. Conquista cada palmo de tierra del enemigo de una manera invisible, movido por el amor y el odio al Moro. Manipula hábilmente a Desdémona, Casio, Rodrigo y Otelo, aunque no valora el poder de transformación de su mujer, Emilia. Yago no es simplemente un malvado, es el motor destructor que arrastra a los otros personajes, es como dice Otelo «un semidemonio».
En sentido de nulidad es el aspecto que mejor define a este personaje: no soy lo que soy. Yago, cuando está a punto de descifrar el mecanismo de manipulación del cubo de Rubik, se encuentra con un giro, un personaje inesperado que bloquea y desvela sus planteamientos. Yago comete un error que lo impulsa a la autodestrucción y que lo somete a la tortura.
