El Chivato

Agerre Teatroa presenta ‘¡Puta vieja alcahueta Celestina!’ en La Fundición

La autora, directora y actriz donostiarra Maite Agirre presenta los días 17 y 18 de enero en La Fundición Aretoa de Deusto el último montaje realizado con su compañía, Agerre Teatroa, un monólogo titulado «¡Puta vieja alcahueta Celestina! o los amores tragicómicos de Calisto y Melibea» y que ha escrito la propia actriz en base a textos de Fernando de Rojas, Feliciano de Silva y Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita. La obra gira en torno a un personaje del que han dado cuenta innumerables autores, versiones en las que Agirre ha curioseado para llegar a la conclusión de que “si bien las hay estupendas, como la de Alfonso Sastre, yendo un poco hacia atrás, hacia los clásicos, las que he rastreado no tienen color en comparación con la de Rojas, que es ambigua, con infinitos claroscuros, llena de sombras, de misterio, de la que nunca se sabe si es negativa o positiva”. A pesar de ello, la actriz ve escudado en la Celestina para evitar represalias a un Rojas con intención de comunicar su visión de la vida. Ya que, en opinión de Agirre, era muy complicado sintetizar ese mundo tan vasto en el único personaje de la alcahueta y hacerlo ágil, fresco y con ritmo, para la elaboración del texto se ha apoyado en ciertas piruetas realizadas por Feliciano de Silva y que imprimen más misterio al utilizar el recuso del retorno de un lugar desconocido y algunos pasajes del Libro de buen amor, porque le interesaba ese punto que tiene el Arcipreste de positivismo, de reafirmación del cuerpo, de los sentidos, de la sensualidad. “De él, a través de su personaje Trotaconventos, es la frase ‘La ley del cuerpo humano no es contraria a la ley divina’. Fíjate que eso lo dice un clérigo. Luego, con el concilio de Trento y la Contrarreforma toda esa frescura sería barrida. Me parece que todavía hoy en día vivimos con ese sentimiento de anulación hacia los sentidos, y aunque ha habido etapas de liberación como la hippie, enseguida han muerto y nos hemos quedado con un sentimiento de amputación, de falta de algo totalmente natural que se nos arrebata”.
Al recuperar este tipo de textos, se reafirma, en opinión de Agirre, la idea de que la vida no es un avance lineal sino un trazar círculos, donde una pérdida puede dar lugar a una posterior recuperación. “Considero importantísimo para nuestra salud cultural rescatar ciertos discursos, aunque pienso que será difícil porque somos individuos en una sociedad que nos anula y nos hace opacos. Ante ello, no puedo más que tratar de recuperar esta corriente de frescura que hoy puede resultar hasta escandalosa, porque no es que la Celestina sea contemporánea, sino que es futurista”.

Vivir los placeres
A lo largo de ¡Puta vieja alcahueta Celestina! la protagonista se presenta, le habla al público de la vida y de la experiencia de haber tenido como guía al poeta, Juan el Arcipreste, al igual que el divino Dante fue quiado por el gran Virgilio, y le habla de la juventud y la vejez y de su buen oficio de medianera y del grande y loco amor entre Calisto y Melibea y de las locas pasiones y de la mudable fortuna. Y todo lo adereza con consejos y recomendaciones, aunque según Garbiñe Tolosa, quien se ha encargado de apoyar a la actriz en la dirección del espectáculo, “el espectador olvida lo que le está aconsejando ya que lo que viene a decir es que dejemos de dar tanta importancia a las palabras, que pueden ser vacías, y date el gusto de vivir los placeres, las pasiones, el tacto”.
No en vano, la autora se reconoce contraria a crear personajes que predican desde un púlpito en favor de buscar la organicidad y “que las cosas salgan como si se escaparan, como los pedos. Ella quiere contar la historia de Calisto y Melibea, pero a medida que lo hace se le van escapando frases a tener en consideración. Mi objetivo es que sea un discurso-acción, que la presencia de Celestina sea una suma de acciones incluso en la palabra. En todos los mónologos que he realizado, tanto en Molly Bloom, Zergaitik panpox? como éste he buscado esa autonomía y esa libertad, porque las tres son mujeres que son así a pesar de ellas mismas”.

Diferentes espectadores
En la elaboración del texto, Agirre ha tratado de mantener el lenguaje utilizado por Rojas, procurando únicamente adaptarlo en la medida en que se entienda sin dificultad, para, además del encanto que tiene su habla, que se advierta que esta mujer que le habla al público desde otra época está por delante nuestro en su visión de la vida. “¡Pero no todo es positivo, ojo!” –advierte la actriz– “Si no sería demasiado simple. Insisto en que Celestina tiene muchas sombras, muchos claroscuros, cosa que también se refleja en la propuesta escénica. Al final el público es el que decide de entre todo lo que recibe, las cuentas las hace uno consigo mismo”.
La escenificación de ¡Puta vieja alcahueta Celestina! bebe de las raíces formativas de Agirre, ya que utiliza juegos interpretativos que ya realizaba en su etapa en Barcelona y una concepción espacial que tiende a ser circular, al uso de las que se estilaban en su estancia en Italia, en la compañía Domus de Janas. De hecho, mientras el público entra en la sala, Celestina lo acoge en su taberna, tugurio o bazar de las especias donde le da de beber buen vino. Los espectadores se sientan, algunos en el patio de butacas, otros en el escenario, en las pesadas mesas de la tasca desde donde podrán ver el espectáculo, “sin que se le pida nada a cambio, más que que disfrute del espectáculo desde un lugar diferente, desde ese espacio interior, desde esas cuevas, desde ese útero del que sale la Celestina”, avisa.
Agerre Teatroa estrenó la obra el pasado mes de diciembre en el Teatro de la Estación de Zaragoza a la que seguirá, tras la presentación en La Fundición, la versión en euskera que pretenden estrenar en el primer trimestre de 2004.


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