Críticas de espectáculos

‘Cinco horas con Mario’ / Natalia Millán

Tragicomedia agridulce

 

No deja de resultar curioso que textos que no fueron concebidos originalmente para el teatro, terminen convirtiéndose en clásicos de la escena. Tal es el caso de ‘Cinco horas con Mario’, la espléndida novela de Miguel Delibes que fue llevada a la escena en 1979 adaptada por José Sámano y dirigida por Josefina Molina. Lola Herrera fue la actriz que la interpretó durante veinticinco años. Ahora, una espléndida Natalia Millán vuelve a dar vida a Carmen Sotillo, esa “pequeña reaccionaria” nacida de la pluma de Delibes.
No se puede negar que ‘Cinco horas con Mario’ es una agridulce tragicomedia que nos ofrece un nítido retrato de nuestro pasado más reciente. Ese que, en realidad, no está tan lejos (pese a tantas ínfulas modernizadoras) y que ciertos vientos involucionistas pretenden que no termine de desaparecer de forma definitiva.
Pero una función teatral debería ofrecer más cosas que una precisa disección sociológica de la España franquista, por bien escrita que ésta esté. Ese retrato está ya en la novela, no necesita de la escena. Deberían estar además las sensaciones, las emociones. Y están, en efecto, gracias al enorme talento interpretativo de Natalia Millán. Pero hay algo que no puede estar, debido a la naturaleza misma del texto. La novela es, de por sí, narrativa. El teatro no. El teatro es acción representada. La narración nos cuenta cosas, en el teatro suceden. Y aquí está la principal (y casi única) objeción a esta propuesta escénica. Que suceder, lo que se dice suceder, no sucede nada. Se intenta atenuar esta debilidad con una escenografía muy estilizada y de una perspectiva muy acentuada, pero pese a ello, lo narrativo sigue imponiéndose a lo teatral.
Esta circunstancia no hace sino incrementar el valor del trabajo interpretativo. Porque tiene mucho mérito ser capaz de mantener la atención del público, emocionarle o hacerle reír, durante más de una hora y media sin que en realidad esté sucediendo nada sobre el escenario. Bueno, sí que sucede, sucede ella, Natalia Millán, que nos muestra su personaje con intensidad, con convicción, con matices, con verdad. Contenida, precisa, generosa, magnífica. Sin artificios en los que apoyarse. Sólo su cuerpo, su voz, sus gestos, su ritmo. Todo el teatro que hay sobre la escena viene de ella. En realidad, el espectáculo es ella.

CINCO HORAS CON MARIO    ***
Autor: Miguel Delibes. Adaptación: Miguel Delibes, Josefina Molina y José Sámano. Produce: José Sámano. Intérprete: Natalia Millán. Escenografía: Rafael Palmero. Iluminación: Francisco Leal. Música: Luis Eduardo Aute. Dirección: Josefina Molina. Lugar de la representación: Teatro Principal de Zaragoza. 9 de febrero de 2012.

Joaquín Melguizo.
Publicado en Heraldo de Aragón 11-02-12


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