Críticas de espectáculos

Gaudi/Barcelona Teatre Musical

Camino de santidad
Obra: Gaudi
Autores: Jordi Galceran, Esteve Miralles
Música: Albert Guinovart
Intérpretes: Miquel Cobos, Alicia Ferrer Laura Mejía, Xavier Ribera-Vall, Isabel Soriano entre otros
Coreografía: Toni Mira
Escenografía y audiovisual: Franc Fernández, Enric Ruiz-Geli
Vestuario: María Araujo
Dirección musical: Francesc Guillén
Dirección escénica: José A. Gutiérrez, Elisa Crehuet
Producción: Focus, CIE España, Iberautor
Barcelona Teatre Musical – Palau dels Sports – Barcelona – 30-09-02
Dentro del centenario de Antonio Gaudí y como segunda oferta del Barcelona Teatre Musical que ha convertido el antiguo Palacio de Deportes en una magnífica sala de teatro para más de dos mil personas, se estrenó oficialmente una gran producción musical, de creación propia e inspirada en la figura de Gaudí. Con unos medios técnicos impresionantes, donde destaca la buena sonorización y la iluminación que se convierte en un espectáculo propio, los autores del libreto Jordi Galceran y Esteve Miralles, con la asesoría dramatúrgica de Sergi Belbel y Calixto Bietio, han optado por hacer una dibujo de la personalidad del genial arquitecto, reflejando casi de manera sicologista algunas de la supuestas motivaciones dentro de su entorno familiar para llegar a ser el gran creador de espacios y edificios en que se convirtió gracias a la ayuda del Conde Güell, su mecenas y mentor, con el que en esta obra se les describen como dos amigos que tenían como idea final hacer todo por su fe en Dios y por su amor a Catalunya. Es decir se describe un camino hacia la santidad de un rebelde Antonio Gaudí que acaba profesando la fe católica y se convierte en un creyente privilegiado.
La estructura dramática adolece de este opción de principio, al buscar la intimidad, el interior de Gaudí, se deja sin utilizar dramática y escénicamente sus grandes imágenes, toda la iconografía gaudiana que podría haber ayudado al espectáculo. Se utilizan algunas referencias, pero siempre desde el otro lado, desde el de la construcción no de lo construido, con demasiadas referencias filosóficas, religiosas o idealistas sin aprovechar la contundencia de sus obras que tantas imágenes nos han dejado a la humanidad.
Tiene ritmo, la música es muy florida, recordando a muchos musicales, teniendo resonancias folclóricas, el extenso equipo actoral canta y se mueve, baila, cambian vestuario, el despliegue técnico en el escenario es magnificente y el resultado es el de un musical sin altibajos, no hay puntos de inflexión apurados, dentro de una estética muy cuidada en su pulcritud. Un espectáculo musical de factura actual que puede interesar por la figura evocada y que no defrauda, aunque tampoco enloquece.
Carlos GIL


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