Críticas de espectáculos

Glass City/Eduardo Alonso/Teatro Do Noroeste

Retrato de una época

 

Obra: Glass City (Ciudad de cristal) Autor: Eduardo Alonso. Compañía: Teatro do Noroeste. Intérpretes: Xan Casas, Fernando Tato, Julia Méndez, Julia Sánchez, Christian Escuredo, Fernando González, Brandán Lourenzo, Ramón Orencio, Brais Morán, Xavier Estévez, Maxo Barjas, Monti Castiñeiras, Luma Gómez, y Carlos Mosquera (Mos). Escenografía y vestiario: Paco Conesa. Iluminación: Eduardo Alonso. Música: Bernardo Martínez. Coreografía: Chedes Suárez. Dirección: Eduardo Alonso. Teatro Principal de Zaragoza. 28 de mayo de 2010.

La veterana compañía gallega Teatro do Noroeste, presentó el pasado viernes en el Teatro Principal, “Glass City”, obra que ha realizado en coproducción con el Centro Dramático Galego. No fue mucho el público que se dio cita en el coliseo zaragozano para ver la propuesta de los compostelanos. Supongo que un musical ambientado en La Coruña en el año 1958, no despertaba demasiados entusiasmos. Otra cosa hubiera sido probablemente, de haberse tratado de una ciudad estadounidense en esa misma década.

Pero quienes tuvieron el acierto de asistir, disfrutaron con un espectáculo preparado con mucho mimo que, sin ser totalmente redondo, tiene suficientes elementos destacables. El primero de ellos es el riesgo, porque riesgo hay (artístico y de producción) en un espectáculo de gran formato que pone en escena catorce personas (músicos, cuerpo de baile, actores y actrices) para contarnos una historia con el trasfondo histórico de la dictadura franquista. Cuenta, sin embargo, con un buen trabajo dramatúrgico y una acertada puesta en escena, que hacen que el reto sea superado de una manera totalmente satisfactoria. El texto está bien construido, desarrolla diferentes tramas paralelas (un concurso de música, amores imposibles, enamoramientos juveniles, un atentado contra el dictador, descontentos en el estamento militar) que confluyen en un nudo argumental bien urdido. Tal vez alguna de la situaciones está resuelta con una excesiva simplicidad (la escena de la bolsa de los detonadores) y en ocasiones el relato tiene tendencia a hacerse un poco plano.

La función se antoja en algún instante un poco larga, a pesar de que la puesta escena maneja bien el ritmo, hace un buen uso del espacio, equilibra bien desplazamientos y posiciones, y sobretodo amalgama música, coreografías, canciones, interpretación y escenografía en un todo sólido, único y coherente. Le sobra quizás alguna canción y le falta un poco más de tensión dramática en algún momento. El trabajo interpretativo es correcto en conjunto, aunque hay cierta flaqueza en Brais Morán y las dos bailarinas (en lo estrictamente interpretativo). Por el contrario, destacan los trabajos de Luma Gómez y Xavier Estévez. Una propuesta con fondo y muy cuidada, que se deja ver bien.

Joaquín Melguizo.

Publicado en Heraldo de Aragón, 30-05-10


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