Fábula del cepo
Obra: Hámster – Autor: Santiago Cortegoso – Intérpretes: Juanjo Otero, Marián Bañobre – Espacio Escénico: Raúl Baena, Fernando Soto y José Veses – Vestuario: Araitz Gandiaga – Iluminación: Raúl Baena – Movimiento: Laia Oliveras – Dirección: Fernando Soto – Producción: Juanjotero Producciones, la Escapista Teatro, Sala Triángulo – Lugar y fecha: Teatro del Matadero –Madrid – 11-01-10 – VI MADFeria
Un espectáculo simpático en cuanto provoca una empatía casi inmediata con los espectadores. Un espacio escénico poblado de pequeños cepos para ratones, unas cajas con ruedas, un habitante de ese lugar que prepara el escenario, que enciende la luz, que puede ser el demiurgo, el asistente de escena, un almacenista o un tramoyista de otra época. De repente de las cajas salen dos personajes que atrapan al instante. ¿Qué son? ¿De dónde vienen, de qué hablan? Sabemos que una preciosa banda musical nos ha situado en algún lugar de nuestro imaginario donde habitan las esencias del expresionismo, de las canciones que raspan en la garganta del cantante y en nuestras almas y que le sirve a los entes escénicos para ejecutar una suerte de coreografía sin desplazamientos.
Hablan y hablan, describen un mundo inhóspito, nos miran a nosotros, sus iguales, desde su perspectiva de roedores, de hámsters, pero son tan humanos que la fábula funciona a las mil maravillas, especialmente porque hay una indagación en el lenguaje escénico, se usa la palabra en el mismo plano de valor que el movimiento, que la gestualidad, la iluminación es sencilla, pero forma parte preclara de la dramaturgia, y está claro, vemos referencias a otros creadores contemporáneos, es lo normal, pero convertidas en base de su propia experimentación, de su trabajo, al que consideramos de alto nivel, especialmente porque teniendo vuelo, ambición artística, se hace sin enfatizar, sin apabullar, con la sencillez del hallazgo, especialmente a base de unas interpretaciones implicadas, comprometidas estéticamente, potentes y simpáticas. Nos ha gustado mucho. Esperemos que tenga larga vida en los escenarios.
Carlos GIL
