Críticas de espectáculos

Historia de una vida. Pentación producci

Una cotidiana sensación
Obra: Histroia de una vida
Autor: Donald Margulies
Dirección: Tamzin Townsend
Intérpretes: Luisa Martín y Silvia Abascal
Teatro Muñoz Seca (Madrid)
¿Qué configura la vida de una persona? Numerosas vidas, numerosos recuerdos, infinidad de secretos confiados en el descuido de la necesidad imperiosa de soportar con alguien el incalculable peso de una memoria incompleta… Por una insolente melancolía que nos encierra entre cuatro paredes protectoras y calientes.
¿Son nuestras, esas vidas, esos pasos que caminaron junto a nuestros pasos en un común sendero. Podemos hacerlos nuestros, sin herir una ajena intimidad que sentimos propia?
“Historia de una vida” es un breve extracto de dos vidas; de dos caminos. Uno andado, otro recién nacido. Ambos confluyen en un afluente ansioso y hambriento; ambos llegan a ser uno, en un caudal navegable y limpio.
Las cuatro paredes que escondían el sendero caminado de Ruth Steiner (Luisa Martín) ceden a la energía arrolladora de Lisa Morrison (Silvia Abascal); se rinden al entusiasmo, a la joven inocencia de una niña que quiere parecerse en todo a la profesora admirada, al personaje idolatrado… A una persona, tal vez, desconocida.
Porque Lisa, no conoce realmente la sensibilidad que respira tras el firme escaparate de la reconocida escritora. Lisa, como todo aquel que idolatra, no se ha parado a pensar en los comienzos, en los momentos bajos de un ser que, a pesar de triunfar, sufre, se duele y ama.
“Historia de una vida” es una escrupulosa disección de las relaciones humanas; de la ética y el respecto que han de vestirlas; del celo y el amor que han de sostener el día a día de un camino sobre el que acechan guijarros, piedras y brutales ventiscas.
Donald Margulies, su autor, ha plasmado perfectamente el nacimiento, desarrollo, ocaso y muerte de una amistad… Incapaz de recorrer un camino obstruido por los sentimientos de inferioridad, por la ambición, o quizá, por un orgullo insano y paralizante.
Dos derechos, dos sentimientos, dos intenciones se encuentran en el ecuador de la historia de la vida de ¿quién. De Ruth o de Lisa?
Ruth Steiner, la reputada escritora, es incapaz de, tal y como refleja en su último relato, confesarle a quien quiere como a su propia hija, que el año que viene no estará ahí, para ayudarle a hacer el pastel de acción de gracias… Ruth no estará con ella en su triunfo…
Lisa Morrison, pretende rendir un homenaje a su maestra, violando la verdad de una historia de amor que jamás llegará a comprender…
“Historia de una vida” es una magnífica obra de teatro, perfectamente solventada por dos actrices que dominan el escenario del Muñoz Seca.
Luisa Martín está soberbia en el papel de la maestra, en un primer momento autosuficiente, y a medida que pasan los años, hundida y enferma. Por la actriz pasan el tiempo y la tristeza, en una actuación enormemente rica en matices y compleja en su forma.
Silvia Abascal, resuelve sin problemas su papel. La joven actriz peca aún de una excesiva dulzura en sus ademanes, error que, sin lugar a dudas, corregirá, pues en sus maneras y actitud se vislumbra una seria profesional.
“Todo discípulo hurta alguna cosa a su maestro” Escribe Oscar Wilde. Sentenciar éticamente este hurto como delito, es harto difícil. Pero al aconsejar, al influenciar, al aprender y admirar a alguien, cogemos inocentemente sus modos, tal vez, sus pensamientos, sus ideas, su forma de expresarse y quizá, su forma de actuar en la vida…
Pero, el amor que se puede sentir por alguien, la sensación de pérdida y de vacío al descubrir que ese alguien no te amó… No es transferible… Porque no es una historia. Es un sentimiento. La capacidad de amar es única… Y lo más triste es que quien lo roba, lo hace porque él mismo es incapaz de experimentarlo.
Ésa y no otra, es la pena que ha de pagar Lisa Morrison: Su propia incapacidad para amar y para dar de sí lo mejor.


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