Críticas de espectáculos

La Celestina/Atalaya

Sintético y explícito

 

Reducir, sintetizar, realizar una dramaturgia que pueda acoger las palabras esenciales que sirvan para que la narración no se resquebraje, pero a la vez conviva con otra supraestructura de movimientos, gestualidades, incursos corales, se convierte en una marca de estilo, en una apuesta reiterada en el tiempo, de Atalaya y su director Ricardo Iniesta, que ahora con La Celestina, atina en lo conceptual, al dotar a este texto fundamental, de una vigencia estética moderna y que se basa en una selección previa de los pasajes más importantes y a resaltar aquellos aspectos del subtexto, que puede ser comprendidos actualmente de una manera más objetiva.

Los planos de representación s van cruzando, y a nosotros, desde el respecto más absoluto, encontramos una suerte de manierismo en algunos de los rigores gestuales, de esos códigos de dirección que le dotan de identidad, pero que en ocasiones aprisionan al actor, más que dar luz a lo contado, ya que al suceder en un campo escénico plagado de otros símbolos estéticos que nos van acotando la importancia, elementos escenográficos que configuran espacios, vestuario, iluminación, nos parece, en algunas ocasiones, una redundancia la estilización gestual.

Salvado este escollo teórico, lo cierto es que todos los elementos operan en favor de la luz de un texto brillante que no siempre nos llega con la misma intensidad y nitidez. Carmen Gallardo da a Celestina todas las matizaciones, la presenta desde un punto de vista más social, más egoísta, más actual, para así decirlo, y con ella se ilumina el verbo. Sus compañeros en sus partes parecen menos ligeros, les cuesta más metabolizar las palabras y es cuando aparece el cuerpo compensando esa diferencia.

El espectáculo es dinámico, sólido, bien construido, fiel a sus principios, explícito en cuanto a sus intenciones de relatar aquello que puede hoy interesar más a los públicos y de hacerlo no desde la reconstrucción museística, sino con una propuesta estética contundente, con un equipo actoral bien preparado que huye de la ramplonería, y que logra hacerse entender con cuerpo y alma, con gesto y voz.

Carlos Gil Zamora.

Obra: La Celestina – Autor: Fernando de Rojas – Intérpretes: Carmen Gallardo, Raúl Vera, Silvia Garzón, Manuel Asensio, Jerónimo Arenal, María Sanz, Lidia Mauduit – Vestuario: Carmen Giles – Música: Luis Navarro – Dirección coral: Esperanza Abad – Iluminación: Alejandro Conesa – Versión y dirección: Ricardo Iniesta  – Producción: Atalaya Teatro – Teatro Campos Elíseos –Bilbao – 25-01-13


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