Críticas de espectáculos

La edad de la ciruela/Arístides Vargas/Escuela Navarra de Teatro

Tiempo circular
Obra: La edad de la ciruela
Autor: Arístides Vargas
Intérpretes: Eva Azpilicueta, Estibaliz Curiel, Amaia Halcón, Ion Iraizoz, Miador Lekunberri, Emi Ekai, Aurora Moneo
Escenografía: Arístides Vargas
Vestuario: Charo Francés, María Sagüés
Iluminación: Arístides Vargas, Luz y Fer
Dirección: Arístides Vargas, Charo Francés
Producción: ENT/NAE
Escuela Navarra de Teatro – Iruñea – 25-05-07
El olor de la memoria atrapada en un jardín sin misterios, donde la imaginación y el recuerdo vivido confirman la existencia. El tiempo circular, del nacimiento a al muerte, de esos lugares donde la emoción se agita con primarios incentivos, al otro territorio, y de la no existencia, o de la existencia oculta, cuando la vida es un remedo, cuando lo que se ve por delante no es nada más que lo pasado. Tiempo para recordar, para pasarse la factura entre dos hermanas. Reproches, renuncias, ocultaciones, posturas ante la vida. Y el olor constante de las ciruelas, de su vino, de esa edad en la que pasa de ser un vegetal imposible, a empezar colorearse, a tomar su punto exacto de recolección, ingesta o transformación, o el entrara en otro estadio, pasada, imposible, arrugándose, pudriéndose.
Así es al vida, es cada momento hay que responder, como se pueda y con los recursos que se tenga a los acontecimientos, a la evolución, a los sentimientos, las esperanzas y las frustraciones. Y en su metáfora dramática, la vida es lo único que nos pertenece y lo que hagamos cada uno con ella es nuestro asunto fundamental.
Un texto hermoso, generalmente representado por dos actrices que dan vida a una galería de personajes familiares, que en esta ocasión, se interpreta con siete voces, dando posibilidades a tener actrices adecuadas a las distintas edades para ejercerse sin necesidad de forzar caracteres y que se hace en un trabajo de fin de curso, donde se mezclan los alumnos y las profesoras y que se convierte en un gran espectáculo teatral, de una calidad que supera la media de lo que se acostumbra a ver por estos lares, no solamente en cuanto a trabajos de escuela sino en toda la producción, que no desmerecería absolutamente nada en ninguna programación, y que merece ser vista, porque es un trabajo de esos en donde se junta la ilusión, la energía de los jóvenes, la sabiduría y madurez de las profesoras y la gran entidad el texto y la dirección de Arístides Vargas. Uno de los grandes creadores teatrales latinoamericanos actuales, que aquí demuestra su capacidad de manera palmaria. Ha logrado una obra donde se encuentra delicadeza, emoción, ternura, un espacio escénico apropiado, una iluminación justa. Un trabajo de primera.
Carlos GIL


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