Críticas de espectáculos

“La irredenta”/Beatriz Mosquera/Romperlanzas-Gromeló

Dibujo Grotesco

 

Obra: La Irredenta. Autora: Beatriz Mosquera. Compañía: Romperlanzas-Gromeló. Intérpretes: Laetitia Bonnemain, Marcela Alba, Patricia Badian y Sergio Marzo. Escenografía: Cristina Peyrona. Vestuario: Arantxa Ezquerro. Dirección: Javier Harguindeguy. Lugar y fecha: Teatro Arbolé (Zaragoza) 4 de diciembre de 2009

Teatro Arbolé ofreció esta semana, dentro de su programación para adultos, “La irredenta”, un espectáculo de la compañía hispano-argentina Romperlanzas-Gromeló, sobre texto de Beatriz Mosquera y con dirección de Javier Harguindeguy. El público, que acudió en buen número rozando casi el lleno, respondió al trabajo realizado sobre la escena con prolongados aplausos. El texto es un buen ejemplo del realismo con el que se expresa la autora (ella lo define como realismo exasperado) en el que no hay concesiones a la hora de presentar el mundo en el que viven hombres y mujeres, y las relaciones que se desarrollan en nuestra sociedad. Con ese realismo sin hipocresías, incluso cruel en ocasiones, “La irredenta” nos coloca ante la realidad de tres prostitutas y una madama, la tiñe de una pátina grotesca, y a través de ella sabemos de sus sueños para convertirse en mujeres comunes. Hay momentos en los que resulta demasiado discursivo y aporta poco al desarrollo de la acción, pero construye situaciones llenas de patetismo y cínico humor. El trabajo de dirección y puesta en escena entiende y refleja ese aire de tragicomedia patética, de caricatura grotesca y cruel que destila el texto, y nos ofrece instantes realmente logrados, ricos en detalles (las muñecas de azucena), bien resueltos (la escena final) o llenas de humor (la comunicación con el más allá) junto a otros en los que se acusa cierta precipitación, algo de barullo y un exceso de griterío. En el terreno interpretativo, se nos ofrece un desigual trabajo. Marcela Alba sabe sacar partido a su histriónico personaje, mostrándose notable en recursos y en registros; Patricia Badian y Sergio Marzo defienden los suyos con corrección, y Laetitia Bonnemain se muestra esforzada, pero en ocasiones no alcanza la suficiente convicción. Se echa de menos un punto de contención pero se agradece la acidez con la que nos acerca a la realidad.  Joaquín Melguizo

Publicado en Heraldo de Aragón, Domingo 6 de diciembre de 2009


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