La Teta Calva presenta ‘Yo soy 451’, la historia del bombero encargado de quemar los libros prohibidos
Basado en la novela de Ray Bradbury ‘Fahrenheit 451’, la pieza se estrena en el marco de Russafa Escénica-Festival Tardor de Valencia
La compañía La Teta Calva presenta en Russafa Escénica-Festival Tardor de Valencia su nueva pieza, ‘Yo soy 451‘, con interpretación de Xavo Giménez y dirección de María Cárdenas y el propio Giménez. La obra se estrena en el marco de Russafa Escénica-Festival Tador de Valencia del 19 al 22 de septiembre y del 25 al 28 de septiembre a las 20:30h, además de el 29 de septiembre a las 18:30h.
Basado en la icónica novela ‘Fahrenheit 451‘ de Ray Bradbury, ‘Yo soy 451′, es una obra de teatro que nos sumerge en una distopía donde los libros están prohibidos y la felicidad superficial es el objetivo principal. A través de la historia de Montag, un bombero encargado de quemar libros, la obra cuestiona la superficialidad de una sociedad que prefiere el entretenimiento vacío a la reflexión y el conocimiento. Con una combinación de teatro de texto y música en directo, la nueva producción de la compañía La Teta Calva, promete provocar y emocionar a partes iguales bajo su inconfundible sello.
«El fuego que no quema, calienta. Esa es la chispa que prende este trabajo. Una hoguera. Gente alrededor. Una historia que contar. Unos ojos que escuchan. Deshojar de artificio, huir de la tecnología, acercarnos a los sentidos más primarios. Hablar, escuchar, callar. Nuestra versión no es nada más que eso. Yo cuento, tu escuchas. Después, tú cuentas, otro escucha. Convertirse en palabra. En transmisión oral de aquello que se ha perdido para poder fundarlo otra vez», explica Xavo Giménez.
«Somos esclavos del desarrollo. Nos aterra un futuro alejado de las noches estrelladas. La obra de Bradbury es un tenebroso reflejo de lo que ya está entre nosotros. La vida de los resúmenes. La inmediatez. Más dibujos e ilustraciones en los libros. Deportes para todos. La esperanza está en los libros, nos dice el autor. En el teatro. Os presentamos una pequeña llama que desea la llamarada. La llama de esa vela que prendía nuestra madre cuando se iba la luz en casa. Un luz tenue que hacia que el universo perdiera su vasta dimensión. Envueltos en esa pequeña llama y deseando que la electricidad no volviera jamás. Un montaje cara a cara, desnudo e incendiario. Una pieza clandestina que se puede ubicar en escenarios o en cualquier espacio no teatral. Un garaje. Un granero. Un
bosque…».
