Críticas de espectáculos

LAS BERNARDAS, UN ÉXITO

30 de septiembre y 1 de octubre. Teatro Fernando de Rojas Círculo de Bellas Artes Octogenia Producciones Teatrales, Aragón Presenta EN LA MUESTRA DE TEATRO DE LAS AUTONOMIAS EN MADRID LAS BERNARDAS Sobre el texto de Federico García Lorca Por Pablo Villamar Mucho se ha explotado la figura del excelso poeta y la leyenda de su muerte para atracción de públicos de todo el mundo, y por supuesto España, en el pasado centenario de su nacimiento; mucho se ha estudiado también su figura y sus obras. A lo que parece se decantan más por dos: «Poeta en Nueva York», en libro y «La casa de Bernarda Alba» en teatro. Yo, también lorquiano, atraído por el magnetismo de su personalidad y su obra, me quedé con su «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías» (con la que se consagró) y, en cambio sigo creyendo que «La casa de Bernarda Alba», es la menos teatral de sus tragedias y por eso de difícil digestión para el gran público. Sin embargo, el Grupo «Octogenia» ha hecho una adaptación de esta obra, digerible y admirable, con el título de «Las Bernardas». Con el pretexto de que es una compañía teatral que está ensayando, pasamos por su obra casi sin darnos cuenta, de lo interesante y entretenida que resulta y desde luego más hábil que la del propio Federico en éste espectáculo que nos viene de Aragón. Felicitaciones por ello. Cuáles son las claves, como se dice ahora, del éxito. En principio la nueva versión y, sobre todo, una gran dirección, y una excelente actuación. Citemos ya a la directora y adaptadora que, como todas las intérpretes, también es mujer. Se trata de un auténtico descubrimiento, al menos para Madrid. Y aunque está al final de toda la ficha artística y técnica y con letras pequeñas (otra virtud, su humildad) se llama BLANCA RESANO, y a ella se debe toda la gloria de esta nueva Bernarda. El escenario limpio, sin un solo «trasto» de escenografía, con ese esquematismo en el montaje que caracterizaba a Jacques Copeau, o las proyecciones de Piscator, o los símbolos de Paul Fort, o la furia dureza de Antonin Artaud, o el recuerdo inevitable de Ionesco o el patetismo trágico del propio Federico, BLANCA RESANO, con sus nueve actrices en escena, sus técnicos, sobre todo, las luces y más sobretodo el sonido, nos conmueven, nos convencen y nos entusiasman, sin dar tregua al público, llevándolo de sorpresa en sorpresa, hasta el jaque mate final de su final. Para dar una idea del éxito de este montaje diremos que solo su banda sonora merecería el Oscar, si existiera para el teatro ese premio, y que también, aparece en letras muy pequeñas, un asesor musical y el que ha hecho la grabación, lo cuál no no es cierto, ni sirve ni para el crítico ni para el público. Vaya nuestro aplauso también para el que se esconde en un anonimato. El único y suficiente decorado, sillas estilizadas, originalísimas, van componiendo la atmósfera y la geometría de su paisaje, y que «las bernardas» mueven con perfecta soltura, ni se cita tampoco al autor. En cualquier caso, como el responsable máximo es el director, directora para entendernos, a ella BLANCA RESANO, otra vez le apuntamos el mérito, así como todo el movimiento escénico y la dicción cuasi perfecta de sus actrices, lo cual no es usual en el teatro de ahora. La DIRECTORA, se nos antoja, otra Bernarda que, con su bastón (otros con su látigo) ha disciplinado el conjunto de actrices, todas ellas estupendas por igual, y desde aquí felicitar de nuevo a al grupo Octogenia, a esta compañía y a su Directora por habernos brindado el placer del teatro, cosa que no hemos podido hacer con el otro grupo de Aragón que puso Medea/Medé, cuyo comentario ya hicimos en el momento oportuno y a través de la Red. PABLO VILLAMAR


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