La Federación de Actores del Estado Español (FAEE), la Organización de Sindicatos de Actores y Actrices del Estado Español (OSAAEE) y la entidad que aglutina a los más de 6.500 artistas e intérpretes del audiovisual español (AISGE), han denunciado que el anteproyecto de la, mal llamada, Ley del Cine “ningunea a la profesión y llega al Consejo de Ministros sin ese consenso del que tanto presume el Gobierno”. Denuncian que se trata de un proyecto elaborado por y para determinados productores, sembrado de diferentes deficiencias técnico-jurídicas y que sólo busca más de lo mismo, es decir, que ya se conoce desde hace alguna década. La presidenta de AISGE, la actriz Pilar Bardem, consideró “desafortunado e insólito” que la llamada Ley del Cine “ignore a los artistas y al resto de profesionales”. “Nosotros no pedimos subvenciones, nunca lo hemos hecho, que de eso ya se encargan los productores. Sólo reclamamos el reconocimiento para nuestro papel, básico y evidente, en cualquier obra audiovisual”, subrayó.
Por su parte, Jorge Bosso, Secretario General de la Unión de Actores de Madrid y de la FAEE, manifestó su desacuerdo con el Anteproyecto de Ley, entre otros extremos, por considerar que si se trata de regular una industria “¿por qué se han considerado interlocutores del proyecto a ministerios como el de Economía o Industria y no al de Trabajo?”, dado que una industria sin trabajadores, esto es, actores y técnicos, difícilmente pueda ser regulada. Denuncia Bosso que el Ministerio de Cultura sólo parece haber tenido oídos para la parte empresarial, para cierto sector de los productores, y se ha limitado a rechazar de plano, sin negociar, las propuestas de los actores bajo el pretexto de que se trataba de reivindicaciones laborales. En este mismo sentido se ha expresado la actriz Loinaz Jauregi, que está interviniendo en este proceso en nombre de la OSAAEE, es decir, en representación de los sindicatos de actores y actrices de Cataluña, País Vasco, Aragón, Baleares y Valencia.
Abel Martín, Director de la Fundación AISGE (actores, dobladores, bailarines y directores de escena), reitera que se antoja muy paradójico que una pretendida “Ley del Cine” ignore por completo a los colectivos de artistas y técnicos, sin cuya contribución poco o nada de cine se podría hacer. “No es una cuestión de huevo sino de fuero –añade Martín, ya que, más que ayudas económicas, los artistas reivindican su consideración de creadores y, junto con los técnicos, mayor seguridad ante los incumplimientos laborales o de otra índole que cometen quienes sí se benefician de las diversas ayudas económicas de carácter público”.
Entre los olvidos de la Ley, el artículo 23 no tiene en cuenta a los artistas a la hora de prever proyectos culturales y de formación profesional. Y entre los dislates técnicos, el artículo 8 prevé calificar como películas X aquellas que realicen “apología de la violencia”. “Si un artículo se presenta con una redacción tan vaga y subjetiva, nos podemos encontrar con una censura encubierta como la de las calificaciones morales que se aplican en los Estados Unidos”, alertó Martín.
