Críticas de espectáculos

“Los premios Mastropiero”/Les Luthiers

Ceremonia disparatada

 

Obra: Los premios Mastropiero Compañía: Les Luthiers. Intérpretes: Marcos Mundstock, Daniel Rabinovich, Carlos López Puccio, Jorge Maronna y Carlos Núñez Cortés. Iluminación: Sandro Pujía. Texto, música y dirección: Les Luthiers. Auditorio de Zaragoza. Sala Mozart. 20 de noviembre de 2010.

Transcurridos cuatro años desde su última presencia en Zaragoza, la compañía argentina Les Luthiers regresa con su espectáculo “Los premios Mastropiero”. Estrenada en Rosario, y después de haber recorrido varias provincias de Argentina, Uruguay y Chile, recala estos días en la sala Mozart del Auditorio. Tras sus dos espectáculos recopilatorios anteriores (“Las obras de ayer” de 2002 y “Las obras de ayer. El refrito” de 2005) este “Los premios Mastropiero” es su primera producción nueva en varios años, y ciertamente, se agradece el esfuerzo creador. El resultado está muy en la línea de Les Luthiers: un trabajo divertido y muy bien hecho, un humor fino y sutil, bien planteado escénicamente y ejecutado con un buen dominio del ritmo, que recibió la calurosa ovación del público con parte del auditorio puesto en pie.

El espectáculo cuenta con un claro hilo conductor que enriquece el trabajo dramatúrgico de la propuesta: la ceremonia de entrega de los premios Mastropiero a artistas de diferentes disciplinas (música, televisión, teatro…), ceremonia que se ve jalonada por diversas composiciones musicales y que, tratándose de Les Luthiers, sólo podía desarrollarse de una manera disparatada y cargada de humor. “Los premios Mastropiero” es una magnífica forma de reencuentro entre la compañía y su público. Tiene abundantes momentos de lucidez e inteligencia, pero entre los mejores se encuentran dos que recuperan elementos de espectáculos anteriores. El primero de ellos, y uno de los momentos cumbre del espectáculo, es el diálogo en torno a Terpsícore, la musa de la danza, en la introducción al tema “Juana Isabel”.

El segundo la pieza fuera de programa “Pepper Clemens sent the messenger: nevertheless the reverend left the herd” (“Schmerz el mequetrefe, ese repelente vejete verde”), homenaje de repudio al doctor Schmerz von Utter. Brillan también a gran altura otros como la explicación del argumento de “Otelo” en el que se mezclan historias y personajes de diferentes obras de Shakespeare, la canción “Ya no te amo, Raúl” o la composición que se interpreta con el alambique encantador.

Una propuesta muy divertida con momentos de innegable brillantez, otros que no lo son tanto, pero siempre rayando a un buen nivel e introduciendo algunos cambios en la tradicional estructura de los espectáculos del grupo.

Joaquín Melguizo.

Publicado en Heraldo de Aragón, 22-11-2010


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