Críticas de espectáculos

Cartas de Amor a Stalin de Ur Teatroa: «Magistral sencillez»

“Cartas de amor a Stalin” Si se unen un buen texto y una buena compañía, el resultado no puede ser otro que un gran espectáculo teatral. Y así fue. El Teatro de la Estación se llenó el pasado sábado de mucho y buen teatro. Y de público. De un público que se arrancó con emocionados y prolongados aplausos al finalizar la función.

Sí, “Cartas de amor a Stalin”, escrita por Juan Mayorga y dirigida por Helena Pimienta, realmente se merece tan caluroso reconocimiento de los espectadores. “Cartas de amor a Stalin” se centra en la figura del escritor ruso Mijail Bulgákov y la censura a la que fue sometida su obra durante el periodo en que Stalin estuvo al frente de la URSS. Hasta finales de los años veinte, Bulgákov gozó de prestigio y reconocimiento. Pero entonces se produjo la enorme equivocación de establecer por decreto que el arte del proletariado debía ser el “realismo socialista”. Así, se puso fin a toda la efervescencia creativa y experimental (formalistas, futuristas, constructivistas, Meyerhold, Sklovski, Maiakovski…) que había estallado en paralelo al proceso revolucionario.

El texto de Mayorga, muy bien construido, con personajes y situaciones perfectamente diseñados y cargados de profundidad e intensidad emocional, no nos habla sólo del acoso al que fue sometido Bulgákov. Lo hace también de las relaciones que se establecen entre el arte y el poder. Y trenzada con esta reflexión, construye dos dramas que discurren paralelos: el de un hombre que camina a la locura y la autodestrucción obsesionado con una llamada que no llega, y el de una pareja condenada a la desesperación.

Helena Pimienta toma el texto. Lo mima, lo quiere, lo trabaja igual que un artesano trabaja el barro con sus manos, y lo coloca sobra la escena con la grandeza que sólo puede dar la sencillez, rebosante de sensibilidad y lucidez teatral. Su puesta en escena va desgranando ante el espectador, con claridad, inteligencia y corazón, toda la riqueza que encierran personajes y situaciones, sacando el máximo partido al manejo del ritmo y a la fuerza del gesto y el matiz.

Absolutamente sobresaliente el trabajo interpretativo. Transmite intensidad emocional, muestra unos personajes vivos, reales, de carne y hueso, construidos desde las entrañas del actor para llegar a las entrañas del espectador. Sin duda, todo un lujo de espectáculo.

Autor: Juan Mayorga. Compañía: Ur Teatroa. Intérpretes: José Tomé, Celia Pérez y Ramón Barea. Escenografía: José Tomé y Maite Onetti. Iluminación: Pepe Martini. Vestuario: José Tomé. Dirección: Helena Pimienta. 18 de abril de 2009. Publicado en «Heraldo de Aragón. 20 de abril de 2009»


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