El Chivato

Nuria Espert recibe el IV Premio de Teatro Ciudad de Cazorla

La actriz Nuria Espert afirmó que el teatro atraviesa un momento bajo dentro de los vaivenes bajo los que se desarrolla la cultura y pese a que hay un potencial de público que está deseando ver sobre los escenarios representaciones «que le digan algo». La cultura, dijo Nuria Espert en rueda de prensa en Jaén, «no es una flecha lanzada que siempre va hacia arriba», sino que tiene momentos álgidos y otros bajos y en la actualidad, pese a que las cotas de bienestar alcanzado podrían hacer pensar que le correspondería tener un buen nivel, lo cierto es que «es que la televisión es peor que nunca y que los espacios culturales decrecen» en una tendencia que también afecta al teatro.
No obstante, agregó la actriz y directora que «todo puede cambiar en un año» y aparecer una nueva generación que invierta la tendencia como ocurre en otros campos culturales, como es el caso de la literatura, en la que «hay un momento de narradores fantásticos».
El ejemplo de la situación del teatro lo encontró Nuria Espert en la cartelera de Madrid, «que es de una pobreza extrema», que, pese a las excepciones que hay, no se corresponde con la de una gran ciudad si se compara con lo que ofrecen los escenarios en París y Londres y que sufre una falta de confianza del público.
Nuria Espert hizo estas reflexiones durante la presentación en Jaén del IV Premio Ciudad de Cazorla, que se otorga dentro del Festival Internacional que en esta localiadd se celebra entre los meses de octubre y diciembre, y que la actriz recibirá mañana coincidiendo con su actuación con un espectáculo de poemas y canciones de Bertolt Brecht y Kurt Weill.
Se trata de un espectáculo en el que le acompaña el compositor Pedro Navarrete que en principio se preparó para cinco o seis representaciones y que lleva más de 50, según explicó la actriz, y la de Cazorla es la primera de esta temporada, en la que en distintas ciudades se ofrecerán otras diez o doce.
Glosó Espert su relación con la obra de Brecht desde que interpretó una obra del dramaturgo alemán, ‘La buena persona de Sezuan’ y, posteriormente conoció a su esposa en Berlín Oriental, una experiencia de la que surgió un disco, ‘Canciones del guetto’, que al final no pudo editarse porque la censura franquista creyó descubrir en él la expresión del pueblo catalán, pese a que nada tenía que ver.
Fue años después cuando Nuria Espert decidió volver al dramaturgo y al compositor alemán, para lo que contó con la colaboración de Pedro Navarrete, y puso en marcha un espectáculo que le permite mostrar al público desde una «aparente simplicidad» canciones que quizá conozcan aunque sin saber quién era su autor.
El premio que recibirá Nuria Espert, que consiste en una estatuilla basada en la leyenda de La Tragantía, fue entregado en anteriores ediciones a Adolfo Marsillach, Tricicle y Lola Herrera y la actriz catalana lo unirá a una larga lista de galardones recibidos a lo largo de su carrera.


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