Críticas de espectáculos

Pequeños Crímenes Conyugales

“Pequeños crímenes conyugales” tiene un argumento universal y atemporal, la historia trata de las desavenencias de un matrimonio de 20 años y la repercusión del tiempo en sus acciones. Patricia Reyes Espíndola es Lisa, una señora de casa, Miguel Ángel Ferriz es Gilles, escritor de novela policíaca. La obra inicia cuando Gilles regresa a su hogar tras haber sufrido un golpe en la cabeza ejecutado por su mujer, de esta manera Gilles finge tener amnesia para indagar en el pensamiento de su esposa. En una especie de juego, ambos comienzan a reconstruir los fragmentos de su pasado, y replantean la situación en base de una relación marital perfecta. El argumento no es exclusivo de una pareja con largos años de matrimonio, sino de las parejas que atraviesan crisis por el cansancio y la convivencia diaria. El texto pertenece a Eric-Emmanuel Schmitt, la traducción es de Federico Masllorens y Fernando Gonzáles del Pino, la versión final es de su director Otto Minera. El texto inicia con diálogos cargados de argumentos que explican a detalle el por qué del todo, algo que es innecesario, ya que no aporta nada sustancial a la historia, por el contrario, provoca que el planteamiento (cuando se dan a conocer los personajes) sea prolongado. Esas escenas pueden eliminarse, con ello se conseguiría que el planteamiento iniciara con buen ritmo y no habría que esperar hasta el desarrollo para interesarse en la obra. Debido a ese tedio, no fluye el pasado a través del presente y hacia el futuro porque no se está cimentando el inicio con buen ritmo para seguir el todo continuo de la historia. Existen escenas melodramáticas interpretadas por Patricia Reyes Espíndola, lo cual no quiere decir que esté bien o mal, sino que en realidad no se está a la par y en concordancia con el estilo de interpretación de Miguel Ángel Ferriz, en esta comedia dramática, lo que se manifiesta en desequilibrio y que no se alcance la intensidad adecuada para llegar al público. La dirección escénica traza líneas de acción básicas, una trayectoria en línea recta, un giro, etc, lo que también falla en su intención, por ejemplo, Lisa está furiosa, durante el enojo ‘tiene’ que sacar de la escena el escritorio que se encuentra a la izquierda, y el sofá que se encuentra a la derecha del espectador para despejar el proscenio y dar paso a la siguiente escena. Ese movimiento implica gran trayectoria, aunado a que no es un movimiento que venga del interior del personaje, es decir, que sea una necesidad fundamental para Lisa, por lo tanto la acción es forzada, y el resultado es antinatural, se nota un divorcio. La emoción interna no justifica la acción externa marcada por el director, es contrario al sentido de verdad, este tipo de marcaje impera en el transcurso de la obra. El diseño de vestuario corre a cargo de Cordelia Dvorak, sin embargo, la vestimenta, puede ser reciclada de cualquier clóset o tianguis. En el caso de Patricia, no existe una transformación notoria de actriz a personaje, el corte de cabello y el traje sastre que usa van muy de acuerdo a como usualmente se viste, y quizá se deba mas que nada a la apropiación del personaje. Una falda en lugar de un pantalón estaría más acorde con el personaje de una señora de casa, y podría lucir más favorecedora en escena. El traje sastre, en tonos beige combina con los colores que utiliza Ferriz, que pasa casi desapercibido durante la historia. El uso de música sugestiva en momentos climáticos ha sido un recurso auditivo que se usó y funcionó hace muchos años, sobre todo en las historias de ficción, se utilizaba para implicar mayor tensión a los momentos de emoción. En la actualidad ese recurso puede funcionar en ciertas ocasiones, con un audio diseñado específicamente para ese propósito. En este caso, el audio escogido no es el adecuado, no causa estupor, favorece el tono melodramático de las telenovelas, porque trata de inducir a través de la música un profundo estado que está padeciendo el personaje, y que debe sostenerse sólo con el contenido de la historia y la actuación de la actriz, no por un sonido mecánico, exagerado y sin coherencia. El diseño de la escenografía corrió a cargo de Auda Caraza y Atenea Chávez, quienes imaginaron un lugar amplio con estantes de gran tamaño, espacio ideal, bien concebido y realizado para esta pareja de esposos. Consecuencia de un estreno apremiante, pocos ensayos, o preocupaciones de último momento, cualquier cosa pudo ser la causa del desatino de la noche del estreno. No se hizo honor a la vasta experiencia actoral de sus protagonistas, que por olfato e intuición podrían mejorar el ritmo, y ser un auxiliar en la dirección que se percibe anticuada. Hay que reconocer que Proyecto Xola es una buena alternativa y propuesta para los espectadores, sin embargo, ni con toda la mejor intención se puede dejar de mencionar que esta vez ni con dos queridos y respetados primeros actores, se pudo evitar que se ofreciera una desequilibrada función de inicio de temporada. “Pequeños Crímenes Conyugales”, se presenta en el Teatro Julio Prieto, bajo la dirección de Otto Minera. Viernes a las 20:30 horas, los sábados a las 18:00 y 20:30, y domingos a las 18:00 hrs. Diario Unomásuno, México


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