Profetas de Mueble Bar ya prepara su próximo espectáculo escénico. Después del éxito de Nunca te he negado una lágrima, Pony, estrenada en 2007 y aún en gira por el Archipiélago, la compañía pondrá en escena un clásico del teatro universal: La boda de los pequeños burgueses, de Bertolt Brecht. La obra estará en el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria del 13 al 19 de octubre próximo, en unas fechas que incluyen una breve campaña escolar para segundo ciclo de Secundaria y Bachiller. Después se presentará en el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife para continuar su periplo por otras localidades de las Islas Canarias. La boda de los pequeños burgueses es una producción festiva en la que se presenta al espectador un situación perfectamente reconocible: el banquete nupcial de unos recién casados. Les acompañan en la celebración sus familiares y amigos. La fiesta arranca, como todas las bodas, con una aparente alegría y felicidad, mascarada de las «buenas formas», y acaba en absoluto desastre. ¡La vida misma!
La boda de los pequeños burgueses no sería la obra que es sin la capacidad de Brecht para revolver el mundo con un humor despiadado y poderoso. No podemos más que reírnos -reconociendo a sus personajes, reconociéndonos- y reflexionando sobre ese universo de mentira. El autor alemán explora las relaciones humanas convertidas en cadenas, que un sistema impone sin fin.
La boda de los pequeños burgueses es una comedia eminentemente coral. Su lenguaje es directo, sencillo, con un humor grotesco que a veces se torna ácido y otras disparatado, casi circense. Detrás de una aparente sencillez se oculta una delicada complejidad. El espectador tiene la impresión de estar frente a la partitura de una efervescente composición musical para nueve instrumentos (los nueve personajes que se reúnen en la celebración de la boda).
Para la parte artística, la compañía contará con un equipo actoral de primera línea –Carmelo Alcántara, Fernando Navas, Víctor Formoso, Minerva Santana, Rosa Escrig…-, arropado por Iago Pericot, maestro y figura indiscutible del teatro catalán y nacional, en el concepto espacial con un desarrollo escenográfico de Bartolomé Ruano; en el vestuario, por León Revuelta, figura clave del cine y teatro español, y en la iluminación, por José Manuel Guerra, profesional de gran calidad y trayectoria impecable. Todo ello bajo la dirección de Los Profetas (Juan Ramón Pérez, Fernando Navas y Carmelo Alcántara).
