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Rafael Amargo abre mañana la temporada de los Teatros del Canal con ‘La difícil sencillez’

Mañana, 20 de septiembre, Rafael Amargo abrirá la nueva temporada de los Teatros del Canal con la representación de ‘La difícil sencillez’, una obra inspirada en la la conferencia ‘Juego y teoría del duende’, de Federico García Lorca.  ‘La difícil sencillez’ ha sido presentada hoy en rueda de prensa por la viceconsejera de Cultura de Madrid, Concha Guerra, junto al director artístico de los Teatros del Canal, Albert Boadella, y los artistas responsables del montaje.

La obra cuenta con la dirección de escena y dramaturgia de Pilar Távora, la dirección musical de José Luis Montón y Juan Parrilla y el vestuario de Francis Montesinos. Además, en esta ocasión, Rafael Amargo ha querido contar con el gran poeta y cantante Manuel Molina para crear la esencia de este espectáculo, en una de las pocas ocasiones en las que el cantante y guitarrista conjuga su arte con el de la danza.

Inspirado en la conferencia Juego y teoría del duende, pronunciada por Federico García Lorca en Buenos Aires y en La Habana en 1933, Rafael Amargo ha querido transmitir la idea de herida, miedo y vértigo ante la muerte, según el concepto lorquiano del duende. La difícil sencillez habla de la muerte en la religión y de la muerte del torero en las fiestas tradicionales. Las artes plásticas, el arte torero y la fiesta popular española estarán presentes en este espectáculo donde el duende será el auténtico protagonista y la religión flamenca su sello.

Regreso a los orígenes

La difícil sencillez supone un regreso a los orígenes del bailarín para reencontrarse con el flamenco más austero. En el espectáculo, Amargo se ha rodeado de nueve bailarines, 12 músicos en directo y del cantante y guitarrista Manuel Molina, como artista invitado y autor de las letras de las canciones que desfilan por este montaje, que también cuenta con la colaboración especial de la artista María la Coneja, veterana cantaora y virtuosa de las castañuelas. Como hilo conductor del espectáculo habrá una serie de audiovisuales y textos en off contextualizarán la obra.

Para encarar este proyecto, además de los artistas que le rodean en el escenario, Amargo ha contado con la directora de cine Pilar Távora, como directora de escena y dramaturgia. Távora, quien también se ha encargado de los audiovisuales y de los textos en off y que participa en el espectáculo interpretando un poema lorquiano en el escenario, posee un conocimiento profundo del mundo flamenco, que viene de su larga carrera junto a su padre, Salvador Távora, en la Cuadra de Sevilla. Junto a él ha desarrollado proyectos relacionados con el flamenco como Cavilaciones, sobre la historia y el origen del flamenco.

Para el vestuario, Rafael Amargo ha confiado en Francis Montesinos, diseñador que siempre ha considerado el baile como su mejor pasarela y cuyos diseños de inspiración mediterránea encajan con el universo de Amargo y Lorca. El coreógrafo siempre ha dado una especial importancia al vestuario en sus espectáculos, contando en anteriores montajes con la colaboración de Juan Duyos, Amaya Arzuaga, Lorenzo Caprile, Custo Barcelona, Andrés Sardá o la ganadora de un Oscar y cuatro Goyas Ivonne Blake.

Rafael Amargo regresa a los escenarios madrileños tras una exitosa gira internacional con Tiempo Muerto. El bailarín ha sido premiado recientemente por la Unesco por la difusión internacional del flamenco, galardón que se le entregará en París el próximo mes de marzo.

Del flamenco al break-dance

Desde que en 1997 creara La garra y el ángel, su carrera ha ido evolucionando desde el flamenco más puro hasta los grandes espectáculos, como sus premiados Poeta en Nueva York, Enramblao o DQ Pasajero en tránsito, en los que se ha rodeado de otras disciplinas, como el break-dance, el contemporáneo, el teatro aéreo o el cine.

Además, ha colaborado con compañías y artistas como La Fura dels Baus, el director de cine Juan Estelrich, actores como Marisa Paredes y Cayetana Guillén Cuervo, o músicos como Edith Salazar y José Soto ‘Sorderita’.

Amargo es un bailarín y coreógrafo ecléctico. Sus coreografías rebosan una concepción tradicional y a la vez actual, estando a veces muy cercanas al baile contemporáneo, pero sin perder nunca el punto de referencia de la esencia del flamenco.

Tiene un incesante contacto con el mundo artístico y cultural, que le ha permitido ser apadrinado en los inicios de su carrera por artistas plásticos como Luis Gordillo o Esperanza D’Ors; ser fotografiado por Bruce Weber y Christopher Makos, y coreografiar, para el Museo Chillida de Hernani, una pieza inspirada en la obra del escultor.

Entre los numerosos premios que ha recibido Rafael Amargo cabe destacar los cuatro premios Max de las Artes Escénicas, por Amargo (Mejor Espectáculo y Mejor Intérprete Masculino de Danza), por Poeta en Nueva York (Mejor Intérprete Masculino de Danza) y por El amor brujo (Mejor Intérprete Masculino de Danza); así como el Premio Positano Leonide Massine de la Danza como bailarín y coreógrafo (la más importante distinción de danza de Italia, que han recibido figuras como Rudolf Nureyev, Carla Fracci, Maurice Bejart, Alexandra Ferri, Moses Pendleton, o Lindsay Kemp, entre otros) y el Premio APDE (Asociación de Profesores de Danza Española y Flamenco de España), junto a Antonio Gades y Matilde Coral.

 

 


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