Estrenos

Raúl Serrano vuelve a la dirección con »El deseo bajo los olmos»

El prestigioso director y maestro de actores Raúl Serrano estreno en Buenos Aires, el Premio Nobel de Literatura: Eugene O´Neill, «El deseo bajo los olmos», con un elenco compuesto por Oscar Ferreiro, Federico Amador, Alejandra Rubio, y Nelson Rueda, escenografia de Maria Ibañez, vestuario de Mercedes Colombo, musicalizacion de Ezequiel Molina y producción de Pablo Silva. “El Deseo bajo los olmos” es un soplo huracanado de pasión que cruza el escenario. Es el drama de la posesión, la posesión de la tierra y de la mujer, en que un poderoso sentimiento panteísta parece envolverlo y oprimirlo todo. Un viejo, su tierra, sus dos hijos y una prostituta – Abbie – uno de los tipos femeninos mejor logrados del poeta, es la mujer artera y apasionada, capaz de lograrlo todo en defensa de su instinto. La acción transcurre en un lugar no localizado, inconcreto, en una casa aislada del mundo donde viven unos personajes apartados de la sociedad y de ellos mismos. Viven en una casa levantada sobre cenizas y transitada por un aire irrespirable que sólo mueve las ramas de unos olmos milenarios, olmos que parecieran más vivos que sus propios dueños.
Seguramente la obra de Eugene O´Neill «El deseo bajo los olmos» puede ser leida como el planteo de un triángulo amoroso (el padre, su mujer y el hijo) que tiene por motores principales el dinero y el sexo. Por cierto un sexo teñido de intereses económicos y un interés siempre acotado por el deseo. Pero la obra ofrece otras perspectivas, se parece a una tragedia griega por la profundidad de sus pasiones y lo terrible de sus consecuencias, y también porque carece de villanos y de héroes: los tres personajes son comprensibles en sus acciones y a la vez condenables por su desmesura.
Los cuerpos y la tierra son los territorios en disputa, esto hace que la acción sea siempre atractiva, física, violenta. Es una obra que no puede ser encarada como diálogos: se trata siempre de combates, de conquistas, de rechazos casi animales. Por eso la elegimos: por sus cualidades teatrales que, sin embargo, nos hacen pensar y comprometernos con la trama.


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