Pocos son los autores teatrales que, como José María Rodríguez Méndez, han hecho del elemento militar uno de los argumentos principales de su dramaturgia. Quizá la razón de esa preferencia se haya debido, como él mismo explica, a que “por circunstancias personales me vi embutido en el uniforme, con estrellas y todo”. Dos generales protagonizan su obra más reciente, «Última batalla en El Pardo», que estos días edita la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) a través de su colección Teatroautor. Sobre las tablas se dan cita dos personajes -un dictador poderoso y su oponente, vencido- que representan dos maneras de entender la vida y de enfrentarse al destino y a la historia. El vencedor, amparado en la fuerza y en un poder omnímodo, sueña con una gloria que es inalcanzable en este mundo, que pertenece a otro ámbito. El derrotado, por su parte, se guarece en último término en la razón, a la que acude para justificar su fracaso y hallar en él su consuelo. Razón y fuerza son argumentos que afloran una y otra vez en un diálogo agobiante, lleno de ansiedad, por momentos apacible y por otros encendido, que anima estas veladas de El Pardo en las que se pueden adivinar algunas claves de la historia reciente. Los actores Pep Sais y Fernando Guillén, bajo la dirección de Enrique Belloch, dieron vida a estos dos militares en el estreno de la obra, que tuvo lugar en el Teatro Avenida (Ávila) el pasado 23 de febrero de 2002.
