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Se estrena en Madrid ‘No hay burlas para el amor’ de Calderón de la Barca

EL próximo 10 de julio se estrena en en el marco de Los Jardines del Galileo de Madrid, No hay burlas con el amor de Calderón de la Barca y de la mano de la Compañía Manuel Canseco dentro del programa de ‘Veranos de la Villa’. La relación de Manuel Canseco con los clásicos españoles es antigua y fecunda. Calderón fue un autor que deparó a Canseco algunos de sus éxitos más halagadores, tanto por la justeza y rigor con que afrontó sus dramas.
El tema del burlador burlado, que con tanta frecuencia abordaron los autores clásicos, lo desarrolla en esta propuesta Calderón hasta el extremo de hacer chistes a su propia costa burlándose de sí mismo.
En este caso el montaje es una versión del propio Manuel Canseco y de Domingo Miras y estrá interpretada por Alejandra Torray, Gabriel Moreno, Alberto Closas, Cristina Palomo, Joan Llaneras, Natalia Jara, Pablo Alonso, Pedro Forero y Victor Benedé.
Tras el éxito cosechado en el pasado año con el montaje de ‘Casa con dos puertas mala es de guardar’, resucitando así un trabajo realizado hace años, la compañía ha pensado seguir ese camino realizando este nuevo montaje.
Lo desenfadado de su puesta en escena, la frescura de un reparto joven y la gran comunicabilidad conseguida con todo tipo de público, así como la belleza de un vestuario que, por original, conserva la compañía, permiten afrontar este empeño con cierta facilidad.
La obra que se desarrolla en dos actos, cuenta en el primero de ellos como D. Alonso, escéptico ante el amor, recrimina a su criado Moscatel el que se halle enamorado. D. Juan, enamorado de Leonor, solicita la complicidad de D. Alonso. Por otro lado en la calle Otra pareja de caballeros (D. Luis y D. Diego) ronda la casa de D. Pedro, ya que D. Luis confiesa su amor por Beatriz, hermana de Leonor. En la casa de D. Pedro Leonor comenta con la criada Inés las peripecias de sus amores descubiertos y estorbados por el puritanismo de la cursi e intelectual Beatriz. Aparece Moscatel, que trae carta de D. Juan para Leonor, es sorprendido por D. Pedro, aunque salvado por la intervención de su amo. Beatriz descubre a Leonor leyendo la carta, intenta arrebatársela y la rompen. Descubiertas por su padre, Leonor se defiende alegando que la carta era para Beatriz. Don Pedro une los pedazos que no aclaran a quien va dirigida.
Posteriormente en la calle, Los dos amigos y moscatel comentan el incidente. Inés trae carta de Leonor. Don Alonso intenta cortejar a la criada, despertando los celos de Moscatel, a quien le encarga que comunique a la fámula su deseo. En la casa de D. Pedro, D. Juan, Leonor e Inés traman engañar a Beatriz con D. Alonso. Leonor intenta sincerarse con Beatriz pero la aparición de Don Pedro hace que cambie de estrategia haciéndola aparecer como culpable ante su padre. D. Alonso en su casa acepta fingir amor por Beatriz y reafirma su intención de conseguir a Inés. Y este acto termina en casa de D. Pedro con D. Alonso quien se declara a Beatriz. Ante la llegada de D. Pedro se esconde con Moscatel en una alacena. Al final huirán por el balcón.
El segundo acto comienza en donde acabó el anterior, aquí Inés relata como al salir fueron atacados en la calle y el accidente que tuvo D. Alonso al caer. Beatriz, interesada por D. Alonso, le pide a Inés que le lleve una banda en secreto. La criada se lo dice a Leonor. D. Juan, celoso de los caballeros que rondaban la calle, creyendo que era a Leonor cesa en su amor hacia ella.
En casa de D. Alonso, este herido y cojo, descubre sus sentimientos por Beatriz. Inés entra con la banda y aprovecha para dar celos a Moscatel. Don Alonso le entrega una carta para Beatriz. Posteriormente en la calle, D. Diego rechaza casarse con Beatriz ante la propuesta de D. Pedro a causa de las sospechas que tiene.
La obra termina en casa de D. Pedro, donde Leonor sorprende ahora a Beatriz con la carta que le trajo Inés. Esta explica la burla a Leonor pero es oída por Beatriz. Llega D. Alonso y declara a Beatriz su amor verdadero. Ante la llegada de D. Pedro se esconden nuevamente. Finalmente se descubre el engaño, acabando con las consabidas bodas de galanes, damas y criados.


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