Estrenos

Simulacro y Ékoma Teatro estrenan ‘Grafitti de amor político social’

Las compañías Simulacro Teatro y Ékoma Teatro estrenan este 10 de febrero en el Getxo Antzokia la obra ‘Grafitti de amor político social’ escrita por Arantxa Iurre y dirigida por Carlos Baiges. En un orden político de pensamiento único, un hombre y una mujer que no se conocen se aman a través de graffitis en la pared. Cuando llega el cambio y la diferencia en el pensar es posible, ¿cómo vivir el amor?, ¿cómo vivir la libertad?”. Así sintetizan los miembros de las compañías Simulacro y Ékoma la coproducción que estrenan este mes, Graffiti de amor político-social, de Arantxa Iurre y con dirección de Carlos Baiges.

Agitación de tiza
Se trata de una historia de amor entre dos personajes, Sergio y Lima, nacida en un clima de prohibición y desasosiego, y sustentada en una pared, un muro que no separa sino que une. Porque sin conocerse mutuamente, el pescador y la bibliotecaria se dejan mensajes en ese lienzo pétreo, tela de artistas urbanos y cartel de agitación política. Ella no es capaz de articular palabra. Sólo la tiza le sirve para comunicarse con su amor. Pero, paralelamente a la historia de estos dos personajes, ocurre que el sistema represivo en el que vivían cae y un nuevo régimen se instala en el poder. Los nuevos gobernantes comienzan a ser coherentes y justos, pero el pueblo no cambia. No se fía. Está esperando la decepción de siempre, “la burla del elegido al elector”. Como Lima, el pueblo no se atreve a soltar la tiza por miedo a una nueva desilusión, sin creer que tal vez los tiempos hayan cambiado y toda utopía deje de serlo para convertirse en feliz realidad. El amor intenta sobrevivir al cambio, pero afectado por el clima sociopolítico, el miedo, la falta de ilusión en el futuro y el vacío condicionan su materialización. De hecho, los miembros de Simulacro y Ékoma han realizado esta obra impulsados por la curiosidad de saber cómo reaccionamos los seres humanos ante un mismo sentimiento con censura y sin ella.

A ritmo hip hop
En Graffiti de amor político social, hay mezclados un mundo fantástico y real, una fusión del mundo tangible de los dos amantes con el simbólico, que representa la pared donde se encuentran, que es al mismo tiempo el elemento que delimita los dos espacios en que se divide la escenografía y que consisten en el hogar costero de Sergio y la casa-biblioteca de Lima. Si bien los dos protagonistas están encarnados de modo realista y poético, los personajes que los circundan –agitadores, limpiadores…– se mueven en un registro más coreográfico y humorístico. Todo en la puesta en escena está inspirado en la cultura hip hop, combinando el realismo mágico con el simbolismo que el texto evoca, utilizando, como es característica en Simulacro Teatro, el cuerpo como expresión, en esta ocasión en clave urbana. De hecho, la obra comienza con una invitación a que los espectadores escriban sobre la pared lo que les venga en gana, en un ambiente de persecución e ilegalidad que dará paso al nuevo mundo de libertad al que habrán de acomodarse todos los personajes, unos a ritmno de rap, los otros graffiteando.


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